¿De quién es la culpa?

¿De quién es la culpa?
¿De quién es la Culpa?
Autor: Efrain Lesmes Castro

4. Táctica para cambiar

Podemos cambiar.

Somos el producto de nuestras vivencias acumuladas; así nos formaron. Pero debemos dejar el cuento viejo de “Yo soy así”. Debemos permitir la aparición, la salida, el fluir de nuestra potencialidad interior para poder, en algún momento, centrarnos en nuestro verdadero DEBER; todos tenemos una misión para cumplir y no la cumpliremos si nuestra vivencia continúa siendo guiada y manejada por otros.

Y es posible acceder a todo eliminando el concepto de difícil. Una cosa es no tener el entrenamiento suficiente y adecuado para hacer las cosas y algo distinto son las dificultades encontradas en la misma cosa. Observemos a los demás: lo han logrado; nosotros también tenemos la posibilidad de lograrlo.

Como lo dijimos antes, no hay necesidad de cambiar toda la vida; es posible ser otra persona cambiando solamente unos cuantos conceptos. Debemos tomar conciencia, pero de una forma definitiva. Algunas personas buscan ayuda para bajar unos kilos de peso, solamente mientras pasa una fiesta importante. Si vamos a hacer un esfuerzo por recuperar la salud y para ello debemos hacer cambios en nuestra vida, esos cambios deben ser para el resto de nuestros días.

No es difícil. Es muy fácil lograrlo cuando se ha tomado la decisión de hacerlo y se tiene el convencimiento de la fuerza interior, cuando sabemos poner nuestro SER integral por encima de todo lo demás. Y bien vale la pena hacerlo para poder demostrar con hechos lo afirmado por todos: somos imagen de DIOS.

Estar tranquilo.

El primer paso para volver al equilibrio es estar tranquilo. Para ello debemos evaluar el objeto de nuestra preocupación. ¿Realmente estamos en un callejón sin salida? Podemos ayudarnos reconociendo cómo hasta hoy, la preocupación jamás nos resolvió un problema. Aún así, muchas personas agradecen a la preocupación, pues fue el medio para ocuparse de algún asunto. Recordemos: Preocuparnos es ocuparnos antes de.

Démonos cuenta: por el hecho de pasar una noche llorando y desesperados porque al día siguiente debemos pagar una deuda y no tenemos el dinero, no se nos la van a rebajar. Además, eso crearía un problema adicional: de esta forma se maltrata la salud, y entonces se debe invertir tiempo y dinero para ir al terapeuta y para comprar los medicamentos.

Todas esas emociones generadas ante una situación para la cual no tenemos opción de resolverla, según la MTCh, son mentales, y, la energía mental se genera como especialización de una parte de la energía general, en los órganos. Y la mente es una herramienta más (con perdón de quienes opinan lo contrario), la cual debemos tener para nuestro servicio.

Así como al usar un lápiz, éste solamente escribe las ideas nuestras, igualmente nuestra mente debe obrar de acuerdo a nuestros pensamientos. Recordemos, una vez más: las reacciones emocionales, ante los hechos, son aprendidas. Nos han enseñado a tener miedo, a reír, a preocuparnos, a enojarnos, a estresarnos y deprimirnos ante ciertas circunstancias. Y la forma de ser, se puede cambiar: es posible ser de otra manera, como dice el Maestro Padilla.

Partir de cero.

Debemos partir de la condición actual y aceptar como ganancia todo el terreno a conquistar; seguramente no volveremos al sitio donde estuvimos.

A veces comparamos la salud como el caminar por un desfiladero con precipicio a ambos lados, y, a la enfermedad, como el caer por uno de ellos. Lo primero a hacer es detener la caída; luego, recuperar las fuerzas y después, emprender el retorno a la cima. Pero, insistimos: en la salud no siempre se recupera el cien por cien de la condición inicial.

Debe disfrutarse de lo poseído hoy, porque la vida es hoy. No sabemos si lleguemos a mañana y el ayer ya no lo podemos recuperar. Si mi punto de partida lo tomo hoy y parto de cero, todo, absolutamente todo lo obtenido a partir de ahora, será ganancia. De esta forma, mi vida será un tesoro.

Esperar.

Una sugerencia más es aprender a esperar. Todo tiene un ritmo; “el árbol, cuando llega su tiempo, da fruto”, nos recuerda el salmista. También nos dicen en la parábola: “Si la tierra está lista, la semilla germina”. Y unos adagios apuntan: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”; y, “de la carrera no queda sino el cansancio”.

Pero esperar no significa hacer nada. Es el tiempo de preparar la llegada de lo esperado; es el momento de la revisión de lo interno; es la calma para recuperar la fuerza y el equilibrio internos.

Sonría.

Cambiar el efecto del aprendizaje es positivo para el proceso. Sugerimos una sonrisa ante toda información reciba del exterior, ya sea una palabra amable, un grito, un cumplido o un insulto. ¡ANTE TODA INFORMACIÓN!, sonría, tomando conciencia de la energía de la sonrisa y llevándola mentalmente al corazón.

Esa sonrisa debe ser honesta; debe proceder de la fuente interna, de la esencia del AMOR; no debe ser un gesto o una mueca, porque además, debe pasar desapercibida para los demás. Y el resultado no tardará en mostrarse.

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