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Cuento corto
El profesor dijo en clase de mercadeo:
-”En una compra hay alguien quien influye,hay alguien quien quiere tener producto, hay ALGUIEN QUIEN es el que DECIDE la compra y alguien quien compra. Y no necesariamente los tres son una misma persona”
Èrase un dìa cualquiera, el niño de la casa viò desde el segundo piso que los niños del vecino se bañaban y divertìan en una piscina de hule. El niño quiso tener su piscina propia. Entonces llamò a su mamà y le mostrò que èl querìa tener su piscina de hule de colores también. La mamà no le parò bolas y siguió con su oficio casero. Pero el niño se le pegò a su falda y con “làgrimas de cocodrilo” y escenas un tanto patèticas que se recreaban ante cada nuevo NO, hizo que la mamà aceptara su petición.
A llegar por la noche el marido a su casa, después de comer y de inmediato ponerse a ver la tele, su esposa por breves instantes se cruzò entre èl y la tele a la vez que le dijo:
-“Los vecinos compraron una piscina de hule para sus niños”.
El marido haciendo caso omiso del comentario, continuò viendo la tele.
Al siguiente dìa, a la misma hora, se repitió la interrupción de manera muy calculada con el siguiente comentario muy perentorio por cierto:
- “¿Y viste la piscina que te dije ayer? , ahì està, a la vista. ¡Y es muy barata!”
- El marido vuelve a hacer caso omiso del comentario.
Al tercer dìa y teniendo en cuenta la insistidera del hijo, la esposa le dice al marido, con el mismo escenario del dìa anterior
- “Mijo, aprovechemos que mañana no trabajar y vamos y le traemos la piscina de hule al niño que me tiene jarta”
-El esposo un tanto molesto, masculla:
-“Mañana lo tengo para descansar. Dejemos que se le pase “la fiebre”, que le diga a sus amigos que lo inviten.”