De la frontera

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Publicado en Correspondecia Recibida

Notas al margen Por: José Neira Rey

¿EN QUÉ ESTAMOS? Y ¿HACIA DÓNDE VAMOS?

1.- La vivencia regional y fronteriza es tan grave, delicada y compleja, que cuando se penetra en la esencia de esa realidad, se hallan los más impresionantes registros de un largo abandono, como consecuencia del exagerado individualismo, facilismo e inmediatismo, que por falta de asociación, labor en equipo y ausencia de análisis en opciones y alternativas, se incrustó en el diario acontecer de las actitudes y conductas que fueron tomando cuerpo y avasallaron al conjunto social y directivo, hasta llegar a lo que existe.

Prueba de lo anterior: Las pérdidas y extravíos, en el aprovechamiento de la ubicación geopolítica, para conformar un conglomerado socio económico de características y condiciones especiales e impulsor de grandes acciones. Y, todo, por dejar a la línea de menor trabajo y aprovechando atajos a las ocasiones y oportunidades que se iban descubriendo. Eso, más la no investigación, en los centros de estudio y de decisión, más la espera, de que todo llega a su debido tiempo, pero sin esfuerzo, ni evaluación de factores productivos, competitivos y amenazas correlativas, que trajo como consecuencia, la no irrupción de un liderazgo motor y positivo, sino la presencia de una representatividad política sin propósitos, ni compromisos, que llena espacios, pero no mueve, ni construye un mejor futuro, es la tarea, que necesita : examen, confrontación de posibilidades y la convocatoria compartida y resuelta, hacia una realidad con mejores utilidades y aprovechamientos, junto a la búsqueda y hallazgo de un porvenir, con más arraigo y más metas en desarrollo, si queremos subsistir y no ser superados por otras áreas y regiones.,

2.-La descoordinación de y entre : POBLACIÓN, ACADEMIA, EMPRESA Y ESTADO, es tan manifiesta, que sin temor, puede afirmarse, que hay desconexión y que es urgente, la necesidad de hallar entendimientos y acuerdos, para que la información y los planes, programas y proyectos, verdaderamente alimenten y lleguen al conjunto. Y, por ese errado actuar, no acorde, con lo más elemental, como es el conocer nuestra propia estructura y lo que puede hacerse y lo que no debe, ni siquiera intentarse, es el origen de tantas propuestas fallidas y que desintegran la unidad regional, que debe implementarse y fortalecerla.

Y, cuando esa sociedad -así actuante -, está ligada – a otra muy similar – por vínculos muy fuertes, por su inmediata presencia y vecindad – como es el caso, que da origen a la mancomunada sociedad fronteriza – el enfoque, debe tener en cuenta esa correlación y evaluar lo que significan y representan todos los elementos que se coaligan e interrelacionan, para poder precisar, lo que es y da vigencia a esos entendimientos y complementaciones. Y, cuando, se investigan las normas, reglamentaciones y disposiciones regulatorias de esos intercambios y se captan los vacios existentes y la necesidad de nuevos y mejores impulsores, para que progresen esas comunidades, ubicadas en esas fajas territoriales que son símbolos de integración y de mucha historia, el panorama, hace surgir la obligación de llegar hasta los más altos niveles, en procura de auténticas y ejemplarizantes políticas de Estado.
3 .- Y, eso, en medio de muchas vicisitudes e incomprensiones, exige la coparticipación de todos, en medio de mucha prudencia, paciencia y perseverancia en la motivación, porque el reto y el compromiso, para que se logren los objetivos de transformación y cambio, debe comprometer –sin excepciones- a todo el conjunto socio económico y político y también -sin excusas- a Colombia y Venezuela. Sí, en esto estamos y para ir hasta donde queremos y debemos llegar.

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