Esta Tierra Nuestra

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Publicado en Ecología, Esoterismo, La Meditación

“Hemos buscado por muchos siglos la verdad que nos permita encontrar el sendero, donde nuestra mente viajara ligera sobre espacios sin tiempo llenos de dicha y sosiego.

Sin embargo los atajos han hecho que demos vueltas en círculo, para terminar en el mismo lugar, con desdicha, ira e impotencia, al no encontrar el camino.

Será acaso entonces que el pensamiento ha distraído a nuestra mente, y hemos olvidado el cordón umbilical que nos une con la tierra, con la vida y la conciencia.

….Pero el camino siempre ha estado allí, en las rocas, el agua, los animales y las plantas

Si observas la naturaleza valiéndote sólo del pensamiento, dejaras de lado la esencia que impulsa la vida. Veras su apariencia, pero no serás consciente de la totalidad de la realidad; la respuesta al porque de nuestra existencia.

La naturaleza fue sometida por el pensamiento a generar utilidades económicas, o a objetivos materialistas, su conocimiento fue dejado de lado. Pensar es solo una parte muy pequeña de lo que somos.

A diferencia del hombre la naturaleza expresa un equilibrio, que precede al surgimiento de la razón. Como el rayo rasga la noche, así mismo se quiebra la frontera de la conciencia cuando el pensamiento se enmudece. Engánchate al eslabón perdido que te une con el universo fraternalmente, observando tu propia respiración.

Cierra los ojos y mantén tu atención en ella. El proceso de conocimiento se extenderá mas allá de la conciencia y tu mente explorara espacios, donde mente y materia serán disueltos.

Eres conciente del aire que entra en los orificios de tu nariz, eres conciente del aire que sale de los mismos orificios.

Te das cuenta que incluso tu respiración es natural, y a estado allí, a tu servicio desde el momento en que naciste. La respiración conciente te llevará a la quietud, al inicio del camino de la verdad. El camino no es fácil, pues nuestra mente continuamente genera negatividades o deseos con los cuales busca no ser aquietada.

NO REACCIONES ANTE ESTAS NEGATIVIDADES.

Sólo la mente en calma te dará la ecuanimidad para poder superarlas. Cuando medites probablemente tú en tu respiración la  mente vagará en el pasado o en el futuro, por tanto,  debes adiestrarla para que esté en el presente, sintiendo tu respiración.

Date cuenta que ésta es tu realidad, no la que quisieras que fuese; acéptala y mejórala. Este es tu tiempo, este es tu momento. El silencio llegará como un susurro y te arropará en sus alas para volar hasta los confines de la conciencia.

Él será tu amigo y liberará tu mente de su jaula verbal. Sentirás entonces como el misterio sagrado, la integridad de la naturaleza, también reside dentro de ti. La naturaleza nos hablará al oído y nos dirá que somos como polvo en el viento,  como una gota de agua en el inmenso mar.

Los ríos, los montes, los astros, el mar y el cielo ya no serán algo que está fuera de nosotros. Ellos no dejan nada para si, ofrecen toda su esencia, saben desde cuando están aquí y cúal es su propósito. Reflexiona frente a ello y busca dentro de ti mismo la armonía que ellos reflejan. Comparte con la naturaleza caminando junto a ella. Verás cómo te recargas de paz para compartirla con otros.

Los animales y las plantas, tienen sus dinámicas propias; sin embargo,  ellos mismos se reconocen como uno solo. En ellos no existe espacio para el “YO”, el ego, lo que les permite ser libres, tomando sólo de la naturaleza lo que necesitan.

Reconocer la totalidad es saber que sos parte del infinito y que el infinito está también dentro de vos.

Las gotas de agua de un rió se adhieren a sus compañeras para terminar formándolo; así mismo el rió brinda sus aguas al mar, quien a su vez devuelve el proceso a sus antiguos depositarios.

Somos causa y efecto de muchas cosas, interconectados de diversas maneras en forma de materia y energía.

Se ha dicho que el aletear de una mariposa podría desencadenar un huracán en el otro lado del mundo,  haz que los efectos que se desencadenen de tus actos mentales y físicos, puedan llevar armonía de manera que se sientan incluso aún al otro lado del mundo.

Se como el oasis en medio del desierto al cual acuden los sedientos para refrescarse, permite que muchos beban de tus aguas cristalinas.

Entre voces la madre tierra te susurra: “Te perdiste el amanecer de ayer, no importa, hoy te doy uno nuevo.

AUTOR POR CONOCER

 

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