La crisis y la posibilidad de un nuevo despertar (N. de S.)

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Por: José Neira Rey

1.-Toda crisis social es producto de fallas en el manejo de los factores, en orden a: imprevisiones, exageraciones, desatinos o circunstancias exógenas, que gravitan o inciden directamente sobre un conglomerado y afectan su normal discurrir y sus perspectivas. Estas crisis, generalmente, golpean y zarandean el complemento económico y distorsionan el ambiente político, afectando todo lo inherente a: ocupación ó empleo, ahorro, equilibrio, armonía y prospectos de desarrollo, porque también contraen y provocan desajustes en actos y gestiones programadas, al limitar y hacer colapsar iniciativas y empeños mayores.

Pues bien, estos ,son los mayores elementos de juicio por examinar, para deducir e inferir lo que esta aconteciendo entre Colombia y Venezuela, junto a dos actores principales – los Ejecutivos centrales -que son los mayores determinantes, de esta peligrosa y grave situación que ha venido ascendiendo en presión y tensión ,desajustando las relaciones de intercambio y complementación de las dos naciones y últimamente con hechos muy delicados – que deben examinarse hasta hallar sus verdaderas causas y motivaciones – que vienen pretendiendo socavar la tradicional coexistencia pacifica de la extensa frontera colombo-venezolana – y, especialmente en su área central – donde por la población, el intenso tráfico y el crecido intercambio, cualquier modificación o variante que altere la movilidad y la interacción del intercambio, de inmediato, repercute en todo el conjunto.

Por eso, las bien habidas intervenciones e intensiones del ejecutivo, legislativo, gremios y asociaciones profesionales, laborales, religiosas y cívicas de la región fronteriza que ven amenazados sus desenvolvimientos, con su pedido vehemente ante los poderes centrales, para que dialoguen e intercambien opciones, en procura de hallar las elementales confianzas que exige toda cordialidad y entendimiento a nivel institucional.

2.- La postura de la dirigencia fronteriza – con el apoyo y pleno respaldo de sus gentes – es básica y clave, para las soluciones que deben promoverse y surgir, porque en estas zonas limítrofes son más claras y manifiestas las expresiones y necesidades de convivencia y bilateralidad. Además, porque en estos asentamientos la vivencia fraternal y el compartir el pan común, es una ocurrencia espontánea y diaria, no obstante la notoria desatención, indiferencia y hasta desidia con que por muchos años los gobiernos centrales, han tratado a estos nudos articulares de los procesos de integración, partiendo hasta del propio municipio capital de la integración en America, como es la villa histórica del Rosario –virtualmente olvidado- y, donde nuestros Libertadores establecieron la pauta de la unión y la labor compartida, ahora tergiversada con actitudes y conductas que desaniman la interacción y comienzan a dar signos de oler a pólvora , hostigamientos para movimiento de tropas, cierre de puentes y alistamiento de maquinarias sanguinarias, cuando lo que debe hacerse, es : fortalecer y ejemplarizar las complementariedades, con una labor constructiva de acción compartida y priorizantemente dirigida hacia planes, programas y proyectos vitales, en : educación, salud, mejoramiento infraestructural en vías y servicios, explotación de recursos, industrialización, investigación tecnológica y científica, modernización de servicios y técnicas y estrategias de competitividad para penetrar y obrar más y mejor en el campo de las actividades internacionales.

3.-Los mayores problemas que han surgido se pueden solucionar si hay buen juicio y tratados con civilidad, porque son originados por causas humanas y por incomprensión de prioritarias e impostergables necesidades. Además, obrando sin fanatismos, ni caprichosas concepciones sobre el alcance ilimitado del poder. Y, porque lo que es exigente ahora son estadistas y dirigentes políticos visionarios, así como policía cívica y promotores y emprendedores bien ilustrados y entrenados ,para atender y resolver no solo la apertura de caminos hacia el desarrollo y la conformación de una conciencia ciudadana que supere talanqueras y abra opciones revitalizantes, otorgándole espacio, capacitación, compenetración y participación a las nuevas generaciones, sino la estructuración de una nueva actitud y conducta colombo-venezolana , latinoamericana y americanista.

Sendos Ministerios de Frontera, reestructuración de las Comisiones de Vecindad y una reorganización y revitalización en las Embajadas y Consulados, bien podría ser el comienzo de un nuevo despertar, junto a la canalización de incentivos y estímulos en todos los niveles.

¿Por qué? Porque toda crisis, también genera cambios y oportunidades.

JNR

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