LA ORACIÓN DIARIA

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Publicado en Magia Blanca, Oraciones

De hecho, cuando elevas tu oración estás realizando un gran ritual: Estás comunicándote con la Divinidad o un gran poder, en ese preciso momento estás transformándote en un mago. La magia o conocimiento espiritual, te exige una serie de pasos (ritos), que no por el hecho que puedan llegar a ser repetitivos o cotidianos, se justifica que los realices a las carreras y con la mínima concentración. La persona que actúa así, sólo estará entonces hablando en el desierto y nadie lo escuchará…ni siquiera él mismo. Lo anterior, trae a mi memoria a cierto sacristán en la iglesia del Perpetuo Socorro en Cúcuta hace más de cuarenta y cinco años, quien al rezar el rosario todos los días a las 6 p.m. antes de la misa, los feligreses devotos de esta práctica, sólo le acataban a escuchar entre muy apresurado, la expresión: “Salga María y entre Jesús”, mientras iracundo, impartía ordenes y regaños a los acólitos que hacían los preparativos.
Entremos en materia sobre cómo hacer la oración diaria: Un buen pensamiento puede constituir una magnífica alabanza a Dios. La intención es clave. Pero si te es posible, elige un lugar apacible para hacer tu oración diaria evitando ser interrumpido. Con sentarte con la espalda erguida, entrelazar los dedos de las manos y juntar las yemas de los dedos pulgares, estarás propiciando la concentración y la atención necesarias par tu petición y acción de gracias.
Comienza por dar gracias a Dios y pide a tu ángel guardián que te acompañe en la petición. La petición debe ser precisa, no dudes en pedir ni creas que es muy difícil que se te dé lo que pides. Una vez hecha la petición, debes aspirar abundante aire hasta llenar tus pulmones despaciosamente, retener el aire un poco mientras visualizas el favor concedido. Puedes decir tu oración y luego terminar orando mentalmente el Padre Nuestro mientras se medita sobre el alcance o significado de cada uno de sus párrafos.

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