Los dos vidrios

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Publicado en Ayuda a los demas, Fábulas

El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás, encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.

Cuenta una antigua leyenda Judía que una vez un hombre muy rico fue a pedirle un consejo a un Rabino. El Rabino lo tomó de la mano, lo acercó a la ventana y le dijo “Mira”… El rico miró por la ventana a la calle. El Rabino le preguntó: “¿Qué ves?” El hombre le respondió: “Veo gente”. El Rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un espejo y le dijo: “¿Qué ves ahora?” El rico le respondió: “Ahora me veo yo”. El Rabino le contestó: “¿Entiendes? En la ventana hay vidrio y en el espejo hay vidrio. Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata. Y cuando hay un poco de plata uno deja de ver a la gente y comienza a verse sólo a sí mismo”.

El mal ha entrado en el mundo por la puerta del egoísmo, que es negación del amor y búsqueda desenfrenada del propio bienestar. Cada día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la práctica se te irá abriendo el corazón, descubrirás la alegría de dar y comprobarás que recibes mucho más de lo que das.

P. Natalio

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