Los subsidios, las convocatorias y las becas

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Publicado en Agricultura, Convocatorias y Oportunidades, Economía, VISIBILIDAD

¿QUÉ TAPAN Y PARA QUÉ SIRVEN?

Para resolver el conflicto que se esconde tras ellos, los subsidios, las becas y las convocatorias, tienen un efecto idéntico a tapar el estiércol del gato con “tierrita” por encima. Ni desaparece la caca ni el olor. Y mucho menos, las causas que generaron el conflicto.

Los gobiernos pretenden mediante costosa publicidad también tapar su impotencia. En realidad, sacan dinero para, a última hora, quitarse de encima un paro, desviar la atención sobre un hecho aberrante o aplazar nuevamente la solución de un problema (procrastinación).

Hay seguridades fundamentales que no se pueden exponer mediante la cesión en tratados de comercio, licencias o términos de negociación así como presiones externas para expedir medidas gubernamentales que entregan la soberanía alimentaria. Cuando se inunda la seguridad alimentaria y no se apoya al campo, se ataca al país porque se ataca al empleo, los ingresos de la gente, la demanda, la inversión y el desarrollo del campo y el país.

Las convocatorias sólo esconden la ínfima o nula importancia que se le da a un sector, una actividad o una posibilidad que le facilite al país un desarrollo pleno o armónico. Las convocatorias son símbolo de negligencia, incuria y pereza del gobierno o sus gobernantes para decidirse y ser realmente productivos, eficientes y eficaces. Las convocatorias son algo así como un embudo y un freno al verdadero desarrollo. Son un estorbo al verdadero ejercicio de la democracia y la inclusión. Tampoco tienen que ver con la exaltación de la meritocracia. En sí, las convocatorias tratan de esconder lo poco que destina un gobierno para promover el desarrollo o apoyo de la creatividad, la cultura, la ciencia, etc. Generalmente suelen ser espaciadas, en pesos pesan tan poco y en apoyo para el interesado son un “peso muerto”.

Las becas esconden la inoperancia y el desabrido apetito de entidades tales como el Icetex y la mínima importancia, por por parte del Gobierno de turno, para dar igualdad de oportunidades a todos los potenciales y actuales estudiantes de un país. El derecho a la educación tiene que ver el libre acceso al estudio y capacitación de TODOS y no de 10 mil en un país de 45 millones de habitantes. Aquí tampoco se tiene en cuenta para nada la democracia.

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