María Auxiliadora

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Publicado en Oraciones

“Esta advocación data de la victoria de Lepanto, en 1571, bajo el pontificado de San Pio V, quien habría sido el autor de este título mariano.

También se le atribuyen la liberación de Viena en 1683 y la del Papa

Pio VII, el 24 de mayo de 1814, lo que motivó la institución de su fiesta.

Pero fue San Juan Bosco quien más propagó su devoción entre los salesianos, y a través de éstos, en todo el mundo.

El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios.

Su constructor fue San Juan Bosco.

La Santísima Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera “ciencia y paciencia”, porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres.

Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora.

Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos.

Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica.

Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.

San Juan Bosco decía: “Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros” y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración:

“María Auxiliadora, rogad por nosotros”.

El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.

Palabras dadas por Don Bosco a sus alumnos el 20 de mayo de 1877

“Estamos en la fiesta de Pentecostés, en la novena de María Santísima Auxiliadora.

Durante este mes, se obtienen cada día muchas gracias de la Virgen.”

“Unas veces son personas que vienen aquí a esta nuestra iglesia a pedir favores o a agradecer los recibidos; otras, llegan cartas de lejos con relatos de sucesos admirables, atribuidos a la invocación de nuestra buena Madre, y que expresan la gratitud de los agraciados.”

“Pero las gracias más grandes son las que no se conocen.

¡Cuántas y cuántas personas hay que, por intercesión de María Santísima, pudieron ordenar los asuntos de su alma!”

“Y, sin ir más lejos, aquí en nuestra casa son innumerables las gracias obtenidas por muchos jóvenes, que invocaron a María con el título de Auxilio de los Cristianos.”

“Uno logró perder una mala costumbre, otro adquirió una virtud difícil de practicar…Os recomiendo, pues, por cuanto sé y puedo, que invoquéis todos a María Santísima en esta novena.”

“Esta Madre piadosa concede fácilmente las gracias que necesitamos, y sobre todo las espirituales. Ella es poderosísima en el Cielo y cualquier gracia que pida a su Divino Hijo, le es concedida al instante.”

La Iglesia nos da a conocer el poder y la benignidad de María con aquel himno que empieza:

“Si buscas las puertas del cielo, invoca el nombre de María.”

“Su nombre es representado como puerta del cielo, y todos los que quieren entra en él deben encomendarse a María. Recurramos nosotros a Ella, especialmente para que nos ayude en el momento de la muerte.”

“La Iglesia, dice que María, por sí sola, es terrible como un ejército ordenado para la batalla, que lucha contra los enemigos de nuestra alma.”

“Estas palabras se refieren a los enemigos de la Iglesia, sin embargo el espíritu de la Iglesia misma las refiere también a nuestros enemigos particulares en las cosas del alma.”

“Sólo al oír el nombre de María, se dan a la fuga los demonios.

Por eso, es llamada Auxilio de los Cristianos, lo mismo contra los enemigos exteriores que contra los enemigos interiores.”

“Por este motivo os recomiendo cuanto sé y puedo, y deseo que mi consejo quede grabado en vuestra mente y en vuestro corazón; invocad siempre el nombre de María, especialmente con la jaculatoria:

María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros.”

La oración debe hacerse con insistencia, con perseverancia, con fe, con verdadero deseo de ser escuchados. Y yo os prometo que el demonio fracasará.

Quiere decir que no tendrá ningún poder sobre vosotros, no logrará nunca haceros cometer un pecado, y tendrá que batirse en retirada.

Oración a María Auxiliadora compuesta por Don Bosco

Oh María, Virgen Poderosa ilustre defensora de la Iglesia, singular auxilio de los cristianos terrible como un ejército ordenado en batalla, Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.

Oh Madre, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso”.

Amén.

 

 

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