No me olvidas

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Publicado en Oraciones

Madre mía querida, aunque yo me olvide de ti, tú no me olvidas, porque tu alegría es pensar y ayudar a los hombres mientras caminan por este mundo de tinieblas.
Tu mismo Hijo te ha dado esta sublime misión de amparar a todos los hombres, especialmente a los más olvidados y que nadie tiene en cuenta.

¡Qué bueno es que existas y que seas tan buena, Mamá del Cielo! Porque así uno tiene más esperanza y camina contento por el camino de la vida, sabiendo que hay una Madre todopoderosa que vela por nosotros, y que no dejará que el demonio venza.

Virgen Santísima, Madre de mi corazón, ten compasión de mí, y no me dejes nunca, aunque yo, por error, te deje alguna vez.

Así como las madres siempre dejan una luz encendida para el hijo que se fue, y cuando este hijo retorna, ve la luz, y piensa en su madre; así también te ruego que si alguna vez me hundo en la noche del pecado, tú me dejes una luz encendida, para que al volver, piense en ti y me refugie bajo tu manto protector, para que mi Padre celestial no se enoje conmigo, sino que, mirándote a ti que me amparas, me perdone y me acoja nuevamente en su casa.

No sé qué será de mí, Madre mía. Hoy me siento seguro y creo que nunca me alejaré de ti y de Dios. Pero no sé las vueltas que puede tener la vida, y por eso te ruego de rodillas que si me alejo del buen camino, tú me sigas con tu Corazón por donde vaya, hasta traerme nuevamente a la casa paterna.

¡Gracias, Madre! ¡Te amo con toda mi alma!

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