¡OH, DIOS, te doy gracias por mis amigos y por todas las alegrías que me han brindado!.
Gracias por la dicha de compartir el trabajo, los problemas y la risa, y por el júbilo de correr aventuras y aprender juntos.
Te doy gracias por la oportunidad de amar y ser amado, no por mi inteligencia o mi bondad, sino a despecho de mis yerros y querellas.
Avery Brooke.
No es aquello que comemos sino lo que digerimos, lo que nos hace fuertes; no es aquello que ganamos sino lo que ahorramos, lo que nos hace ricos; no es aquello que leemos sino lo que recordamos, lo que nos dá sabiduría; no es aquello que predicamos sino lo que practicamos, lo que nos hace cristianos.
Francis Bacon
Mi padre disfrutaba pidiendo a los jóvenes que resolvieran el siguiente rornpecabezas árabe: Un anciano decidió que era tiempo de dividir su hato de 18 camellos entre sus tres hijos. Guardo su bestia preferida y le quedaron 17. Según costumbre, dio al mayor de sus hijos la mitad del rebaño, al segundo una tercera parte, y una novena parte al menor. ¿Cómo lo logró hacer?.
Si puedes conservar tu cabeza, cuando a tu alrededor todos la pierden y te cubren de reproches; si puedes tener fe en tí mismo, cuando duden de tí los demás hombres y ser indulgente para su duda; si puedes esperar, y sentirte cansado con la espera; si puedes, siendo blanco de falsedades, no creer en la mentira, y si eres odiado, no devolver el odio, sin que te creas por eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo.
Dame calma Señor; déjame sentir la honda paz píeseme en cada experiencia, en la armonía de vivir.
Dame calma Señor de manera que pueda entrar en la honda paz dentro de mi corazón.
Dame paz de manera que vea la bendición escondida en todas las cosas.
Guárdame de palabras ociosas y vanas fantasías, calma la catrera de mi mente para que mis pensamientos tengan la claridad y el movimiento fácil del fresco aire que respiro.
Cada vez que un jugador de béisbol comete un error, éste se registra y se difunde.
¿Cuántos de nosotros podríamos soportar esta especie de escrutinio cotidiano? ¿Cuántos más estamos dispuestos a reconocer un error antes de que nos lo señalen?.
La mayoría de nosotros suele buscar protección y ponerse a la defensiva; desde altos ejecutivos hasta humildes trabajadores. Nuestro objetivo es no tanto hacer bien las cosas como no ser sorprendidos haciéndolas mal.
He aprendido que si hemos de abandonar un lugar amado, en el cual se encuentra enterrado nuestro ayer, cualquier manera de hacerlo es buena, excepto morosamente: debe uno irse sin tardanza.
Nunca hay que volver la mirada atrás, ni creer que toda hora pasada fue mejor; esa hora está muerta.
Los años ya vividos parecen nuestros, pues los hemos conquistado, mientras que el futuro flota en una nube, y se ve abrumador a la distancia.
Pero la nube se disipa a medida que nos internamos en ella. Esto es algo que he aprendido, aunque ya tarde, como tanta gente.
En otro tiempo, los ejércitos llevaban balas de cañón, temerosos de toparse de pronto con el enemigo, y no tener con qué dispararle.
En términos de gravedad específica, los rencores son casi tan pesados como las balas de cañón. Pero resulta inútil llevar consigo los rencores.
Lo más probable es que "el enemigo" ni si quiera advierta la enemistad de usted, y de seguro le asombraría enterarse de que usted ha estado acechándolo con una bala de cañón en el bolsillo.
Pocas vees en la vida suceden cosas maravillosas. Si no disfruta usted de levantarse caria mañana, trabajar y terminar la labor del día y sentarse a comer en compañía de su familia o de sus amigos, probablemente no será muy feliz
Si alguien basa su felicidad o infelicidad en que haya en su vida grandes acontecimientos, como conseguir un empleo estupendo, tener mucho dinero, disfrutar de un matrimonio todo miel sobre hojuelas, o viajar a París, esa persona no será feliz gran parte del tiempo.
Hay un momento especial, cuando las olas llegan espumando a la playa. Ocurre en el instante en que una ola ha gastado toda su fuerza en la arena pero, suspendida, aún no ha empezado a ser arrastrada hacia el mar. Durante menos de un segundo, las aguas se detienen y, a través de su claridad, puedo ver lo que hay debajo- las rocas, las conchas, la arena.
