Pensamientos Vs. Pensar

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Publicado en AutoAyuda, La Meditación, Sicología

Pensamientos llegan por chorrera a nuestra mente en el transcurso del día y en todo lugar.

Llegan sin invitarlos, no piden permiso para entar y muchas veces parece que entre ellos mismos se dieran codazos para abrirse paso.

Unos provienen de las urgencias del día. Nos fananan, llenan de ansiedad y quieren la exclusividad de la atención. Sus motivos son indiferentes y pretenden convertirse en una fijación u obseción. ¡Vaya uno a saber!

Unos llegan con mensaje de urgencia y pretenden pre-ocuparnos al 100%, por ejemplo, un dolor, una deuda, un memorando o un dato que queremos elevar a la categoría de amenaza y tiene que ver con complejos de persecución o de víctima. Estos pensamientos generalmente revolotean en nuestra mente sin ton ni son copando las horas del día y  ya que por su carácer de urgencia nos impiden pensar en las cosas importantes.

Sinembargo, vale la pena acotar que muchos  pensamientos se vuelven problemas por la demora o el mal tratamiento que se les dío al pensarlos.

¿Pero a qué se debe que no podamos procesar los pensamientos que nos llegan de una apropiada? ¿O a qué se debe que el concepto o juicio que nos formamos de ellos difiera de una persona a otra?

Para contestar la anterior pregunta basta con escuchar los comentarios que se  derivan  en, durante y después de un partido de fútbol. Cada hincha, barra brava, periodista deportivo e incluso director ténico, lo percibe de una manera muy diferente. Igual pasa con los problemas que nos urgen y también las opiniones que emitimos respecto a una circunstancia que se nos presenta.

Dichos populares tales como: “hace de un vaso de agua una tormenta”, al picado de culebra la avispa lo asusta”, “la que pierde la empata”, etc., pueden obedecer a un sistema de creencias, tabús, condicionamientos y prejuicios que son fáciles de detectar por los demás menos por uno mismo. Entonces si queremos saber algo de nosotros basta con examinar nuestra habitual manera de expresarnos ante los demás y ante nosotros mismos.

Como la REALIDAD es diferente para cada quien (según cada quien),  y depende de cómo se percibe (por cada quien), se hace necesario cambiar aquellos “sistemas de creencias” (de cada quien) que perjudican y afectan la manera cómo se debe percibir la información que llega para poder cambiar la realidad de cada quien  y asi comenzar a crear un nuevo sistema de operar los pensamientos menos caótico y más orientado a las respuestas o elaboración de juicios que faciliten soluciones o un óptimo aprovechamiento de la capacidad mental de cada quien. Al fin y al cabo, la mayoría suele utilizar sólo el 20%.

Aunque parar los pensamientos con los sistemas de creencias y paradigmas habitual puede ser un quimera, vale la pena PENSAR DE OTRA MANERA.

Si logramos inventarnos una nueva forma de “torear” nuestros pensamientos haciendo que unos pasen de largo y centrándonos en PENSAR que pensar no es tener sólo pensamientos, es probable que seamos menos sujetos de convertirnos más tarde en “juguetes del destino”.

Los pensamientos tienen la capacidad de convertirse en realidades tarde o temprano de acuerdo al PODER  e intensidad que le confiramos a través del lenguaje, los sentimientos, las emociones.  Los pensamientos son cosas no son sólo vacío.

Cuando llegue un inocente pensamiento, cuando se “cuelen” otros tantos al baile en su mente trate de poner orden. Usted tiene el PODER. Sea organizado.

Planee cada día cómo quiere que se le presente, trace un plan y sea consecuente con él, no deje que lo “urgente” sea el pan de cada día de su radio de acción porque jamás tendrá tiempo sufciente para las cosas verdaderamente importantes tales como las que se derivan del área afectiva, la personal, la profesional, la espiritual…

Empiece por visualizar cómo quiere verse disfrutando la vida de cada día, ada día por y pregúntese qué puede hacer cada día por si mismo y hágalo, recuerde que siempre hay una mejor manera de hacer las cosas así que llénese de valor para lo que tiene que hacer  por y pasra si mismo. Piense, piense, piense, seleccione  y actúe.

Rand Randolph

 

 

 

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