Tres tentaciones

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Publicado en Correspondecia Recibida, Oraciones

“La Cuaresma, es un tiempo privilegiado para repasar nuestra meta en la vida que está junto a Dios el Sumo Bien y fortalecernos para no caer en tentaciones que nos aparten del camino.

Reflexionemos sobre las tres tentaciones más comunes.

1- La Tentación del Consumo

Es bueno trabajar para conseguir el pan de cada día y demás necesidades básicas, sin olvidarse de destinar siempre una parte para quienes necesiten realmente.

Pero no tenemos que aceptar el engaño de creer que la felicidad está en tener muchas cosas.

El ser humano, no importa la edad que tenga, necesita del amor de Dios su Padre, de ese Dios que ha hablado y que tiene algo que decirnos.

Y mientras los hombres no hayan oído su Palabra y mientras no traten de vivirla, se sentirán desconformes o infelices por más que lo tengan todo.

Querido Dios danos tu gracia para amar tu Palabra y que al cumplirla podamos mejor, acumular tesoros en el cielo.

2- La Tentación del Poder

¡Cuántas veces, a través de la historia, grupos humanos, naciones, gobiernos, ejércitos o partidos políticos han intentado aprovecharse de los cristianos, de la Iglesia, de Dios, para llevar a cabo sus propios proyectos!

Y nosotros mismos, ¿no rezamos muchas veces el Padre Nuestro al revés?:

“Padre nuestro que estás en el cielo, hágase MI voluntad.”

Es decir, nos colocamos en el centro, nos hacemos dios, en el lugar de Él.

¡Y cuántos hombres se apartan así de Dios, porque no les ha obedecido!

Querido Dios danos tu gracia para aceptar tu Voluntad, que siempre será por nuestro bien, aunque lo veamos después.

3- La Tentación de la Idolatría

No solo paganos adoraban a los ídolos.

En nuestro mundo de hoy hay muchos ídolos levantados:

Desde el gran ídolo del dinero que adoramos todos, un poco más… o menos, nuestra apariencia, personas del espectáculo, etc., ante los cuales le rendimos culto con nuestro tiempo, nuestra atención, nuestro interés.

Todos esos dioses pasajeros hacen que poco a poco, y quizás sin darnos cuenta, nos vayan incapacitando para arrodillarnos ante el único y verdadero Dios.

Querido Jesús dame tu gracia para imitar tu Fidelidad y dar a cada cosa y a cada persona su debido lugar, así reinarás en mi corazón junto con el amor Padre y el Espíritu Santificador”.

 

 

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