Una buena disculpa para…

0

Publicado en Risa - Terapia

Un día un pordiosero se dirigió hacia la ventanilla de un camioneta Mazda, que estaba detenida en un semáforo, ocupada por un Ingeniero y se entabla el siguiente diálogo:
- Señor, ¿podría prestarme diez mil pesos para comer?
- Pero, ¿no te los irás a beber, verdad?
- No señor, nunca en mi vida he bebido alcohol.
- Entonces, ¿te lo vas a gastar en tabaco?
No señor, no fumo, ni nunca lo he hecho
- ¿Te los vas a gastar mejor jugando y apostando con los otros vagos?.
- De ninguna manera. Nunca juego ni apuesto nada.
- ¿Se los piensas dar a una prostituta, acaso?
- Jamás he tenido relaciones con ninguna mujer que no fuera mi novia, convertida luego en mi esposa hasta que me abandonó.
- Entonces toma, no diez mil, sino cincuenta mil pesos. Pero vente a comer a mi casa. Quiero invitarte a una buena comida casera y así podrás ahorrarte los cincuenta mil pesos.

El pordiosero sorprendido, sube a la Camioneta y ya en camino pregunta:

- Oiga, señor, ¿no se enojará su esposa al ver llegar a alguien como yo y que se siente a la mesa a comer?
- Probablemente sí, – contesta el Ingeniero- pero valdrá la pena. Tengo interés en que Ella vea en qué se convierte un hombre que no bebe, no fuma, no juega, no baila, ni sale con mujeres.”

Escribenos tu comentario