Publicado en Risa - Terapia
Dos amigas viejitas estaban en una misa muy larga.
Tras pasar mucho tiempo sentadas, una le susurra a la otra:
- Tengo las nalgas dormidas. Y la amiga responde
- Sí, ya sé, las oí roncar tres veces…
Dos amigas viejitas estaban en una misa muy larga.
Tras pasar mucho tiempo sentadas, una le susurra a la otra:
- Tengo las nalgas dormidas. Y la amiga responde
- Sí, ya sé, las oí roncar tres veces…