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Hay la creencia de que el café a primera hora de la mañana los pone alerta y dinámicos, que sin su tacita de café no están bien dispuestos a comenzar el día en las mejores condicioes; se atreven a decir que si no lo toman ello les produce hasta migraña y que lo hacen como una especie de acto ya adquirido, es decir, de manera mecánica como si fuera un acto reflejo.
Lo cierto del caso es que tales argumentos NO son ciertos y eso lo corroboran las invetigaciones científicas. Es decir, no reciben en realidad una respuesta adicional de ánimo o lo que ellas creen que obtienen al tomar su taza de cafeína o al no tomarla. En realidad se están engañando a si mismas.
Esa gente lo que están pasando por alto es que son adictos a la cafeína y que su organismo se volvió tolerante a ella.
De lo que sí puede estar seguros los adictos a la cafeína es que con su “infaltable” tacita están propiciando un golpe a su estómago y a su hígado cada vez que crren que si no la toman les llegue ese ficticio dolor de cabeza.