Publicado en Arquitectura
ARQUITECTURA Y URBANISMO
Por: Alberto Mendoza Morales
La enseñanza de la arquitectura obedece a la definición clásica: “arte y técnica de proyectar y construir edificios”. Igual el urbanismo, “estudio de ciudades y poblaciones”. Las actuales condiciones, sociales y ambientales, sobrepasan las tradicionales definiciones. Arquitectos y urbanistas están desafiados a revisar la razón y validez de su campo profesional y a abrirse a complejos espacios en una época caracterizada por grandes masas humanas aisladas de la naturaleza ostensiblemente hacinada en pueblos y ciudades.
Arquitectos de nueva generación asoman respuestas audaces frente al cambio. Son todavía pocos pero significativos. Toman en cuenta las condiciones ambientales. Trabajan la bio-arquitectura. Diseñan “edificios inteligentes”. Proponen “construcciones verdes y dinámicas”. Buscan cero contaminación. Cambian iluminación caliente, eléctrica, por iluminación fría, neon. Buscan calentar agua con energía solar. Provocan crear corrientes de aire entre edificios altos que muevan hélices que produzcan energía eléctrica propia. Localizan construcciones dentro de entornos verdes, bosques y jardines, proponen sistemas domiciliarios para tratar basuras y aguas servidas. Ensayan cultivos de hortalizas en patios y terrazas. Los jardines pasan del decorativo concepto babilónico, al práctico sentido ecológico del área verde orgánicamente vinculada al ambiente local. Ayudan a mejorar factores climáticos. Su línea conceptual y ecosistémica se dirige a rescatar el verde en el planeta. Son balbucientes intentos destinados a crear espacios enteros que respeten la naturaleza, mantengan saludable el ambiente y hagan grata la vida.
Los urbanistas, por su parte, están en al borde de su ciencia. Los desafía la tarea de ensanchar el campo de su materia, de combinar urbanismo con ruralismo. Están retados a pasar de la fase de la “construcción y ordenamiento de pueblos y ciudades”, a la del ordenamiento territorial sumando, orgánicamente, los dos factores territoriales básicos, urbano y rural. Ese cambio conduce a los urbanistas a pasar del “arte y la técnica del ordenar ciudades”, al arte y la técnica de ordenar territorios completos con enfoque integral, urbano-rural. Dentro de estos ámbitos globales, regionales, se mueven arquitectos y urbanistas de punta, profesionales que abandonan un pasado que restringe y se instalan en un futuro que desafía. Retados por las demandas de integralidad urbano-rural se preparan para diseñar conjuntos, barrios, ciudades, campos, veredas, aldeas, poblaciones, tomando en cuenta, de manera integral, el espacio ampliado y las circunstancias que envuelven y rodean la vida de las naciones hoy afectadas por la sobrepoblación y el calentamiento global, desafiadas por el diseño de renovadas formas de vida y residencia.