Publicado en Arte y Cultura, Correspondecia Recibida, Gimnasia Mental, La Meditación
ESCOLIOS (II)
- La libertad no es fin, sino medio. Quien la toma por fin no sabe qué hacer cuando la obtiene.
- Hay mil verdades, el error es uno.
- El psicólogo habita los suburbios del alma, como el sociólogo la periferia de la sociedad.
- Sólo la libertad limita las abusivas intervenciones de la ignorancia.
-La política es la ciencia de las estructuras sociales adecuadas a la convivencia de seres ignorantes.
- Los parlamentos democráticos no son recintos donde se discute, sino donde el absolutismo popular registra sus edictos.
- A medida que el estado crece el individuo disminuye.
- El hombre cree que su impotencia es la medida de las cosas.
- El vulgo admira más lo confuso que lo complejo.
- El hombre prefiere’ disculparse con la culpa ajena que con inocencia propia.
- Las frases son piedrecillas que el escritor arroja en el alma del lector.
El diámetro de las ondas concéntricas que desplazan depende de las dimensiones del estanque.
- El filósofo no es vocero de su época, sino ángel cautivo en el tiempo.
- Las perfecciones de quien amamos no son ficciones del amor. Amar es, al contrario, el privilegio de advertir una perfección invisible a otros ojos.
- Mientras más graves sean los problemas, mayor es el número de ineptos que la democracia llama a resolverlos.
- La legislación que protege minuciosamente la libertad estrangula las libertades.
- La política sabia es el arte de vigorizar la sociedad y de debilitar el Estado.
- La importancia histórica de un hombre rara vez con¬ cuerda con su naturaleza íntima.
La historia está llena de bobos victoriosos.
- El escritor procura que la sintaxis le devuelva al pen¬samiento la sencillez que las palabras le quitan.
- Nadie tiene capital sentimental suficiente para malgas¬tar el entusiasmo.
- El azar regirá siempre la historia, porque no es posible organizar el estado de manera que no importe quien man¬de.
- La vulgaridad consiste en pretender ser lo que no somos.
- La sabiduría no consiste en moderarse por horror al exceso, sino por amor al límite.
- Para excusar sus atentados contra el mundo, el hom¬bre resolvió que la materia es inerte.
- Escribir corto, para concluir antes de hastiar.
- La historia no muestra la ineficacia de los actos sino la vanidad de los propósitos.
NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA
(Tomado de Escolios a un texto implícito, Villegas Editores. Bogotá, 2001)