Publicado en Adulto Mayor, AutoAyuda, Gimnasia Mental, La Meditación, Prográmese
Pasa el tiempo e inexorablemente los efectos de la procrastinación se ven. Las causas son muchas o sólo una. Pero el culpable y el responsable sólo uno, aunque los afectados puedan ser más de uno, empezando por quien procrastina.
El tiempo siempre cobra. Aunque se ignore tal hecho, en la medida que sumemos procrastinaciones, la cuenta de cobro puede llegar a sobrepasarnos en nuestras capacidades de pago porque es posiible que para esa época de nuestras vidas ya estemos demasiado viejos y la cosecha buena de nuestras acciones esté procrastinando ahora en nuestra contra.
Se puede afectar por la procastrinación: los sueños, la confianza puesta de los propios y de los demás, el ambiente y el progreso de unos pocos o de muchos. La parábola de los talentos cae como anillo al dedo. Queremos ver el mundo a nuestra imagen y semejanza y la verdad es que no es así, el mundo no puede marchar bien con hace de su manera de vivir un paraíso para la procrastinación.
Siempre el dejar pasar, el dejar de hacer nos afecta el ser y el tener. El orden y gestión oportuna tienen su tiempo propicio. No hay engaño propio o ajeno para justificar la falta de orden, organización, método o como se le llame… El aquí y el ahora es todo y lo único lo que cuenta. ¿Cuándo nos daremos cuenta? ¿Hasta cuándo espreramos que no haya necesidad que nos empujen?
Los compromisos y promesas pueden estar a flor de labios. Decimos una hora y fecha, pero sólo cuando nos estén respirando en la nuca es que actuamos. Desgraciadamente, todos lo notan menos quien se comprometió.
Quien gerencia bien el tiempo como recurso clave en su gestión diaria, siempre tendrá tiempo disponible para TODO.
Quizá, quien esto escribe conoce esas entrañas y hoy como adulto mayor que llaman, quiere compartir con la juventud ese sentimiento que lo pone a veces cabizmundo y meditabajo que se traduce en que hace muchos años puede haber hecho mucho y me senté a ver cómo la carava del tiempo pasaba pletórica de oportunidades que simplemente ignoré. Pude haber hecho mucho y hoy me afano por ponerme al día antes que llegue la nueva cuenta de cobro…