Publicado en Países y Regiones
Por: José Neira Rey
1.- Las fronteras –que algún día tendrán que desaparecer –al eliminarse los linderos y las talanqueras -, porque todo avanza hacia la integración y universalización o al desastre común -,vienen siendo objeto, de una constante atención y referencia internacional ,en orden a los factores de desarmonía y desequilibrio que han surgido en diversos lugares del planeta y cuando esta bola voladora se agita y convulsiona ante apremiantes circunstancias que gravitan sobre el cambio climático, el deshielo de los polos, las erupciones volcánicas, los movimientos terráqueos y las necesidades humanas, en : alimentos, educación, salud, vivienda y empleo.
Y, la colombo-venezolana, ocupa un lugar preferencial, porque han entrado en juego no solo la lucha contra el narcotráfico y los movimientos insurgentes –llámense guerrilleros o paramilitares – sino la pretendida sospecha – reiteradamente expuesta – por el Presidente venezolano Hugo Chávez, que USA – o el Imperio, como él así lo denomina – intenta invadir a Venezuela, para apoderarse de su riqueza petrolera, utilizando a Colombia.
Todo esto, ha provocado la limitación de acciones comerciales, la restricción de servicios, un inusitado desempleo en las áreas limítrofes, hechos violentos y delictivos aún no clarificados plenamente, junto a protestas y desafueros en el trato por limitaciones en la circulación y tránsito de vehículos, mercaderías y personas, incluidas las que realizan miles de personas, que hallan su diaria subsistencia efectuando operaciones domésticas y de menor cuantía en los Puentes Internacionales que unen a los dos países.
Además, la presencia y participación de representantes y voceros de asociaciones y organismos nacionales e internacionales, así como de periodistas y medios de prensa, radio y TV, que quieren informarse e ilustrar a sus entidades, suscriptores y usuarios, supera todo cálculo y promedio, de los últimos 50 años.
2.- Y, la situación que se ha creado, ha sido tan profunda y ha llegado a tantos -porque tiene muchas implicaciones, repercusiones y efectos, en muy diversos niveles, campos y actividades – que, no es aventurado afirmar que tanto para el inmediato, como para la mediata etapa de los próximos años, las relaciones entre Colombia y Venezuela, y así se produjera hasta la renuncia de Chávez y del Presidente colombiano Álvaro Uribe, exigirán –para su pleno y cabal restablecimiento – de una nueva costura y de una estudiada priorización de sus necesidades más sentidas, porque será indispensable recomponer no solo la relación diplomática en los Ministerios de Relaciones Exteriores, Embajadas y Consulados, sino en todo lo pertinente al tejido político, económico y social ,ante los vacíos que se han generado, no tanto por la restricción de los combustibles a las zonas de frontera, lo referente a la ganadería y productos de primera necesidad, sino ante el retiro de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones, la no convertibilidad de monedas y la creación de diferentes modalidades de cambio, las carencias de una adecuada y moderna infraestructura vial y de servicios, el surgimiento de grupos armados en la faja territorial y obviamente una desestabilización general, que arroja inmensas pérdidas en las áreas más débiles ,dependientes y marginales,.como son las fronteras, tradicionalmente descuidadas y desatendidas por los gobiernos centrales, pese a los pedidos y reclamos en estímulos e incentivos de las entidades y personas que velan y han propugnado por el progreso y desarrollo de estos confines patrios.
3.-Un conflicto armado de cinco minutos – ó, menos -, puede dar origen a unas desavenencias más negativas y progresivas, que causarían mucho daño y afección, por decenas de años. Por eso, lo que cabe ahora y por encima de toda consideración con ansias de poder, es fortalecer la fraterna y sólida unión entre los pueblos, que son – y deben ser, siempre – superiores a sus gobernantes. Además, es ese, el único aporte válido y eficaz que pueden otorgar y hacer manifiestos, los dirigentes y habitantes que conforman las zonas de frontera.
Esperar que otros, sin el arraigo a lo que se vive en ellas y sin las motivaciones de la familiaridad, el trato diario y mancomunado ,puedan hacer algo más y mejor, es tanto como creer que los aviones de combate , los tanques de guerra y los ataques verbales, nos puedan conducir a la industrialización y al natural y programado desarrollo compartido y conjunto, como lo expone y puntualiza la geopolítica, la visión socioeconómica, la lógica, el buen vivir y el sano razonar. De ahí, la importancia y trascendencia, de recomponer pasos hacia la paz y la unión.
JNR
