Publicado en Esoterismo, Oraciones, Yoga
“Tumi japa re Mana
Om Shri Ram Jaya Ram
Japa re Mana
Es un Mantra de amor. Su significado es:
“Oh mi querida mente, siempre canta el nombre de lo divino, siempre repite el nombre de Dios.”
o también:
Mi señor Usted es cada respiración que tomo.
Mi Señor Usted es el aire que respiro.
Mi señor Usted es todo lo que veo y todo lo que siento.
Mi señor Usted está donde quiera que vaya y en todas partes donde
Yo quiero ir.
Mi señor Usted está en cada palabra de mi boca y en el espacio
entre las palabras.
El amor verdadero no tiene gestos externos. Es un dejar fluir la corriente interior. Desde el interior deberían fluir hacia el prójimo las fuerzas del amor desinteresado y de la benevolencia.
En el camino hacia la divinidad nos daremos cuenta que el amor verdadero que crece en nosotros no es algo exagerado; produce alegría interna profunda, franqueza y compenetración con el prójimo. El amor verdadero y por ello divino, no se vanagloria, es reservado y espera; sin embargo, se regala en todo momento donde es necesario y conveniente.
Por ello a los verdaderos sabios espirituales, se les considera a menudo como personas frías, faltas de amor y duras, porque no cultivan el amor exagerado, el amor humano, sino el amor desinteresado que fluye desde el interior y se une con lo interno en el prójimo.
No debemos imponer ninguna presión a nuestro prójimo, tampoco mediante un amor humano exagerado. Muchos creen poder convencer a su prójimo con amor y cautivarlos con ello. No obstante, esto significa abusar del amor. Cada persona tiene su libre albedrío y debe conservarlo.
El amor es un poder que fluye, sin muchas palabras ni gestos, a las almas de buena voluntad y que buscan. El amor a Dios y a nuestro prójimo no tiene nada en común con los gestos arrebatados y rebosantes que el ser humano está acostumbrado a definir como amor.
El amor interno creciente es la fuerza irradiante del Universo, que conduce a toda persona al silencio interno. El amor interno es una entrega tranquila, que se regala, una comprensión profunda del prójimo. Este amor verdadero, que posee el verdadero iluminado que vive en su interior, no es el amor exagerado que desea experimentar el hombre que se vuelca a lo externo. El amor exagerado es humano y no da testimonio de reconocimiento profundo ni de sabiduría divina.
Aquella alma cuyo núcleo de ser late en el ritmo del infinito, pertenece en toda la eternidad a la gran familia espiritual, donde está la otra mitad, la eterna unión amante en el Cosmos Universal, la unión dual, donde están el amor eterno, la felicidad, el acogimiento y el hogar que son de eterna duración, donde están la seguridad y la libertad absolutas, la vida.”