Aquel que muere antes de morir antes de morir, no muere cuando muere.

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Publicado en La Meditación, Oraciones

ABRAHAM S. (MONJE AGUSTINO AUSTRIACO)

Dedicado para quienes creen en Dios, los Santos y Los Milagros.

Admito que el final tiene que llegar

Y hay que aceptarlo.

Es algo que se presiente. La mayoría de las veces no se puede explicar, pero sin embargo se puede dar conocimiento del suceso,–¿Con que Fin?, para que aceptemos la Verdad.

Lo voy a explicar de acuerdo a como lo viví.

El cielo existe y tal es la diversidad de testimonios que se narran por quienes han traspasado el umbral de la vida a la muerte.

Yo crucé el umbral y puedo explicar que tal evento, con lleva a ciertos Milagros que nos hacen creer, que Dios existe.

No hay otra forma de aceptarlo, a veces nos preguntamos:

–¿Dónde están nuestros padres ó algún otro ser querido que se nos adelantó?—

Miramos al cielo y hasta nos llama la atención tal o cual estrella haciéndonos a la idea de que la que más destellos regala a nuestra vista, es nuestro ser amado.

El inicio, fue un presentimiento y lo primero que se me ocurrió, fue dirigirme a mi rincón favorito y sentarme al borde de la cama.

Al hacerlo, mi cuerpo fue hacia atrás, perdí el conocimiento.

De acuerdo al diagnóstico una hora después del acontecimiento y ya en el hospital, el cardiólogo dijo a mi esposa e hijos,

-”Fue una muerte súbita”-

Cuando esto sucedió, me ví en una área en donde reinaba una quietud. Estaba parado y dirigiendo la vista de un lado a otro.

Era un manto de nubes con poco movimiento y de un color gris claro. Fui a dar ahí, para que reconociera el lugar donde posiblemente iba a quedar mi ser, mi alma, para Siempre.

No dejo de aceptar, la tranquilidad de los procesos de la naturaleza, son aceptables y vivir una experiencia así, es para entender que nuestro cuerpo espiritual si disfruta al morir, lo hermoso de ese cambio.

Todo esto lo comento, para hacer ver la realidad y quitarnos esa idea errónea, de que el morir es horrendo.

Claro que en vida lo que mas nos preocupa, es que cuando llega la muerte a un ser querido, es que ya no lo veremos más.

Un gran alivio sentí cuando me ví en el túnel en donde mi cuerpo en forma horizontal, giraba y oía el suave ruido del aire como el que se filtra por las hendiduras de las puertas.

El túnel, era amplio, formado por nubes de

Color gris claro.

Conforme avanzaba, disfruté del viaje y sinceramente, me sentía tranquilo y contento pues creo que mi creencia religiosa me ayudó a tomar esta experiencia como algo natural que tarde ó temprano y de acuerdo a la decisión de Dios hay que aceptar.

A mitad del viaje, dentro del túnel, percibí las voces de niños y un cántico que me agradó, a mi modo de ver, eran ángeles que posiblemente festejaban el arribo de mi espíritu a ese lugar tan hermoso.

Avanzaba lentamente en el túnel y al final del mismo, ví un destello, un fulgor de luz de distintos colores que me avisaba que el viaje estaba por concluir.

De repente me ví fuera del túnel y parado en el manto de nubes, lo que admiraba eran tres torres muy altas, una era de oro, la otra de plata y la tercera de cristal.

Eran demasiado hermosas. Al estar viendo las torres de abajo hacia arriba, giré mi cabeza a la derecha y ví a mi lado a una persona un poco mas alta que yo y sinceramente no supe quién era, pero eso si, me sonreía dulcemente y era de rasgos finos.

Pero llegó la desilusión…retorné

Y lo primero que vieron mis ojos, fue a mi esposa que preocupada y con el llanto a punto de brotar, me hablaba y según ella, nunca sus manos tocaron mi cuerpo y de acuerdo a casos como el mío, hay que hablarle a la persona (no en voz alta) para que el Alma, el Espíritu, retorne al cuerpo material.

¿Con qué fin doy testimonio de esta experiencia?

Pues para quienes hayan perdido a un ser querido, tengan la confianza y plena seguridad, de que nuestros seres amados, están felices de esa nueva vida y gozando de la dicha de Dios.

En el hospital, ante la visita del cardiólogo y el Cirujano, me hizo la pregunta:

-¿Entonces que Don César?-

Mi respuesta fue:

-”Adelante Doctor”-Ví en el rostro de mi esposa cierta preocupación pues estaba dando el si, a la intervención.

Fue una decisión que con gran aplomo tomé, sabiendo que era necesario tomar ese paso.

-Se me preparaba para la operación y alcance a ver un rostro de una hermosa mujer que se asomó a donde estaba en camilla y de inmediato se acercó y hablándome al oído empezó a orar. Era una voz dulce que me reconfortó de tal manera que me entregué a Dios y desde ese momento, no tuve miedo.

Era necesario la presencia de 14 donadores de sangre y,…-¿De dónde tomar tal cantidad de donadores?-

Además 2 personas más para donar de su sangre, plaquetas.

Pero la preocupación paso a sonrisas, cuándo se me informó que la Academia de Policía con

base de Santa Catarina, mandó un pelotón de cadetes, conformado por 14 jóvenes con la orden de donar su sangre para un Servidor.

Un gran detalle que me hizo esbozar una expresión, que me calmó para pensar que no estaba solo. Mi familia compuesta por mi Esposa y 3 hijos, sonreían al ver desfilar uno por uno a los cadetes de la Policía del Estado.

Los Santos

Después que recibí las curaciones en cuidados intensivos, atentos estaban el cardiólogo y el cirujano y, se acercaron 5 médicos más para ver la reacción de mi restablecimiento y les causaba asombro que después de la delicada operación, yo estuviera bromeando con las enfermeras, que aguantaban las ganas de reír porque ahí estaban los doctores y se merecía silencio.

Pero observaron a los pocos minutos, que persistía un sangrado y se ordeno nuevamente el traslado al quirófano, para volver a abrir y corregir ese sangrado.

Y otra vez a cuidados intensivos.

Al día siguiente tras el rápido restablecimiento, me vistieron con bata blanca y una sábana en mis piernas, me sentaron en un sillón para estar en un cuarto ya, con todas las comodidades, ya aseado, rasurado y peinado para que recibiera en tan solo 5 minutos a 5 visitantes, uno por minuto.

La primera en pasar fue mi esposa… al verme, quedó asombrada pues vio en mi cara el rostro de Juan Pablo II, fue una visualización que la enterneció al cumplir el minuto de visita, salió sin decir ni media palabra.

Quién entró después fue mi hija, que también tuvo la agradable sorpresa de la visualización y al salir, no pudo callar, lo da a conocer y se formó una algarabía.

Entre los siguientes 3 familiares, vieron lo mismo y eso que uno de ellos no cree en nada, aceptó, inclinando su cabeza en señal de aceptación, su escepticismo le fue vencido.

No sabemos una realidad, dónde nos espera la muerte, pero hay que estar concientes de que solo con una experiencia como la que yo viví, el haber disfrutado de acariciar el cielo y que dejamos el mundo material para vivir el

Espiritual es: en realidad, Una Gracia de Dios.

Los Milagros

Existen elementos firmes y otros tenues, pero con cierta Claridad, que hacen que creamos en los Milagros. Sin temor a equivocarme puedo decir que si los hay y muchos.

El cardiólogo cuando autorizó la salida a casa, ordenó una radiografía de Tórax y que se la llevará en la siguiente cita. Así se hizo, mi esposa fue a recoger la radiografía y al llegar a casa, la curiosidad de mi hija, abrió el sobre sacó el negativo y poniéndolo a la luz del sol, descubrió algo que le llamó la atención y exclamó:

-¡Mira Mamá… ven a ver!-

Y tanto mi hija como mi esposa, disfrutaron de la radiografía, en donde se ve con la formación de huesos, cristo crucificado, como el que conocemos con los brazos extendidos y la cabeza inclinada, pero al lado izquierdo, se alcanza a ver unos oscuros en el rostro que asemejan sus ojos, la nariz y la boca y los pies terminan en punta cruzados.

Ya ante el cardiólogo, mi esposa entrega la radiografía y el doctor la pone a la luz y abordándolo mi esposa le dice:

-¿Qué alcanza usted a ver en la radiografía?-

De inmediato la respuesta del médico fue:

-¡Pues si, es para creer!

Con esa contestación el doctor también aceptó tal realidad y eso, que dentro de la ciencia médica, no están autorizados para dar una respuesta positiva, dentro de esos acontecimientos.

La Oración

La oración, es la medicina infalible para la sanación.

Hay que comprenderla y aceptarla sin importar que religión profesamos.

Que mis Bendiciones y las de todo el mundo, acompañen siempre a la Dama que se acercó a mi, antes de la operación y oró, pues supo calmar con sus oraciones el difícil momento.

A quienes se preocuparon por mí, les agradezco sus atenciones.

Con este testimonio de mi viaje, en donde conocí el cielo y con mi experiencia vivida, hacer ver que el morir es hermoso y no debemos tener miedo y aceptar las decisiones de Dios.

Sinceramente me vino a la mente después de que disfruté del cielo, que es un lugar tan hermoso y me dije:

-¡”Para que regresaba”!-

Pero aún no era el tiempo y Dios me regresó para terminar la obligación con mi esposa, hijos y nietos.

De verdad, que hermosa oportunidad me regaló Dios.

De acuerdo a creencias, quién muere en el mismo mes de su nacimiento, es privilegio por la

Gracia de Dios.

CÉSAR AGUSTÍN ELIZONDO RODRÍGUEZ

22 de Julio de 1939

Suceso ocurrido el 3 de Julio del 2005.

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