¿Aislado? , ¿Encerrado?, ¿Concentrado?, ¿Sòlo esperando?….¡usted elige!

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Publicado en Administración, AutoAyuda, Ayuda a los demas, Economía, Gimnasia Mental, Mujer, Prográmese, Prosperidad, Sugerencias, VISIBILIDAD

Un diagnòstico que està supeditado a lo que ha venido haciendo o pensando hacer.

Vì un noticiero que resaltaba la falta de solidaridad y quizà la temeridad de personas que deambulaban por las calles. Ello me puso reflexionar de las razones y sin razones que tienen esas personas que se “atreven” a salir.
Quizà son aquellos que siempre lo hacen y lo venìan haciendo, hacen parte de la economìa del rebusque diario, no poseen reservas ni posibilidades u oportunidades han tenido de suficiente educaciòn financiera o para desarrollar sus habilidades para generar ingresos que vayan màs allà del mìnimo sustento diario.

Por el lado de las oportunidades y la administraciòn de recursos en casos como en la actual situaciòn sale a flote la ineficacia de la gestiòn del sistema econòmico como se lleva por parte de la dirigencia a todo nivel: polìtico, gremial, religioso, sindical, etc., ya sea en la actividad productiva, comercial, agrìcola, minera. Todo se reduce a acumular, acumular, y seguir acumulando. Se olvidan a todo nivel, gremial o no, personal o jurìdico, que recursos que no se reinvierten se tornan improductivos, recursos que no generan riqueza, son un estorbo para generar oportunidades y progreso a otros. Se olvidan quienes sòlo esperan acumular que todo debe estar en movimiento y que lo estancado, daña a todos empezando por el acumulador. Imaginmos a alguien que disponga de comer màs de 10 veces al dìa por el resto de su vida y sòlo se ocupa de guardar y guardar sò para sì. Eso denota un espìritu de carencia latente y manifestante a nivel grupal e individual bajo distintas formas llàmense “corporaciones”, partidos polìticos, religiones, etc. Los efectos de esa acciòn o gestiòn solapada o no, es el mismo: pobreza espiritual y material para todos. Y la voracidad y depredaciòn se vale del Poder, de esclavismo, “las reglas de juego”, la subyugaciòn, la imposiciòn por diferentes vìas y artimañas que se reinventa o adapta de acuerdo a las circunstancias que previamente han generado para perpetuarse.
Recuerda que no hay paìses pobres, sòlo hay paìses mal administrados o mañosamente utilizados en favor de la concentraciòn improductiva, egoìsya e ignorante de que la riqueza autosostenible y con oportunidades compartidas es lo que facilita el manejo que enfrente los retos del hoy y del mañana que deben ser resueltos con la debida anticipaciòn.

Dicho lo anterior, no hay que perder de vista aquella trascendental frase de “lo es abajo es arriba y lo que es arriba es abajo”. Esa frase no sòlo es aplicable para hacer mencionarse en relaciòn al plano material y el plano espiritual; tambièn a todo nivel, en este plano material, se van reproduciendo una serie de conductas tanto a nivel regional, en nuestro entorno, en el lugar del trabajo, en la familia, en general, en toda actividad humana que facilite o de “papaya”. Por ejemplo, a nivel polìtico, en las elecciones, cabe esperar que se elijan los mejores servidores pùblicos pero no hay tal, el sistema (cualquier sistema) inexorablemente conduce a que se tenga que comprar el voto (voluntad) y a ser gobernados por idiotas sin la participaciòn de los indiferentes que pudieron haber evitado ese continuo status quo, igual pasa en las corporaciones, gremios, etc.

Pero vayamos al plano individual; hay diferentes formas de responder a ese estado de cosas, vistas ellas desde el punto de vista de cada quien, una pasiva, otra indiferente, otra quejosa, otra esclavista, otra resignada, otra basada en la belgerancia irracional, otra mercenaria, etc.,etc.

En la casa, a nivel familiar siempre habrà mucha tela de donde cortar. Y, ciertamente, allì, es por donde se empieza a buscar la soluciòn para cada cosa o àrea (afectiva, personal y financiera). El sòlo esfuerzo de plantearse el interrogante de ¿Y MIENTRAS, QUE PUEDO IR HACIENDO?, involucra una valoraciòn y revaluaciòn de las habilidades y el potencial que se tiene por parte de cada quien. Y en verdad, cada quien es màs valioso de lo que supone o le han hecho creer que vale. Hay que creer màs en si mismo (a) y en si mismos como familia, como familia generadora, creadora y capaz de muchas cosas.

Por ahora, refirièndonos al aspecto financiero, el hecho manifiesto del mal llamado “aislamiento” no implica el permanecer con los “brazos cruzados” o sòlo exclusivamente dedicando valioso tiempo a la tv o al celular a menos que allì hayan oportunidades para aprender algo ùtil.

El sòlo tomar algunos minutos diarios para adquirir un hàbito positivo, aprender algo constructivo, fomentar la pràctica de una habilidad que tengamos y/o hacerla productiva, el sòlo plantearnos el còmo puedo hacer las cosas mejor, còmo puedo hacer para recortar gastos innecesarios, còmo ahorrar o invertir en proyecto productivo, còmo ayudar, còmo y en què forma asociarse para unir voluntades y esfuerzos para màs ràpidamente y solidariamente cumplir con planes, objetivos y metas, eso vale la pena meditarlo una y otra vez hasta que encontramos respuestas antes de volverse un “quejetas y asutetas” màs.

Las respuestas y las soluciones vendràn siempre de adentro de cada quien antes que sòlo nos dediquemos a esperar que todo cambie. Es la oportunidad para la empresa personal o famiiar, para las asociaciones de voluntades, para volver sobre ideas que hasta ahora esperan para valorizarse con hechos, para proyectos para los cuales siempre han habido excusas para jamàs empezarlos por falta de voluntad, para cambios que generan progreso…

¡Quèdate en casa constructivamente!

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