Publicado en Mujer, Salud, VISIBILIDAD
DATOS CLAVE
Los productos y bebidas ultra-procesados (PUP) son formulaciones listas para comer o beber. Se basan en sustancias refinadas, con una cuidadosa combinación de azúcar, sal y grasa, y varios aditivos. Incluyen bebidas azucaradas, snacks y ‘comidas rápidas’.
La OMS y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) concluyen que las bebidas azucaradas, los snacks con alta densidad energética y las ‘comidas rápidas’ son causantes de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres.
Un estudio de OPS mostró que de 1999 a 2013, las ventas anuales per cápita de productos ultra-procesados aumentó continuamente en 12 países latinoamericanos, desplazando a dietas tradicionales basadas en alimentos y comidas saludables.
También se encontró que el aumento en la venta de productos ultra-procesados estaba asociado con un aumento del índice de masa corporal (IMC) de adultos en todos los niveles de consumo, luego de ajustes por covariables (R2
=0.79; p<0.0001).
Hay países en las Américas enfrentando la epidemia de obesidad con impuestos y regulaciones estrictas de etiquetado y publicidad de comidas, lo que la directora de OPS ha considerado “importantes avances que deberían ser estimulados en toda la región*”
Los productos ultra-procesados y sus características principales
Las comidas preparadas con alimentos saludables están consistentemente asociadas con buena salud y un bajo riesgo de enfermedad (1-2). Esto se debe no sólo a su calidad nutricional, sino también a la sociabilidad que rodea las comidas (2-3). Sin embargo, el patrón tradicional de alimentación saludable está siendo desplazado por productos de comida y bebida ultraprocesados, los cuales están aumentando rápidamente en los países de ingresos bajos y medianos
(4). Estos productos son formulaciones creadas a partir de sustancias extraídas de alimentos
(*) <a href="http://www.paho.org/Hq/index.php?option=com_content&view=article&id=9871&Itemid=2&lang=es”>http://www.paho.org/Hq/index.php?option=com_content&view=article&id=9871&Itemid=2&lang=es
(grasas, almidones y azúcares) (5). Incluyen una amplia gama de snacks densos en energía, cereales de desayuno endulzados, galletas y pasteles, bebidas azucaradas, ‘comida rápida”, productos animales reconstituidos y platos listos para calentar.
Comparados con los alimentos saludables y las comidas recién preparadas, los PUP contienen más azúcar, grasas saturadas y sodio, y contienen menos fibra dietética, minerales y vitaminas, y también tienen mayor densidad energética (4-5). Además, son prácticos, ubicuos, fuertemente publicitados, de alta palatabilidad y forman hábito (3).
Ya que las cocinas tradicionales han evolucionado como parte importante de nuestra autonomía personal, identidad y cultura, la pérdida de conocimientos sobre los alimentos y habilidades culinarias crea una vulnerabilidad seria en las sociedades, las economías rurales y la biodiversidad agrícola.
Tendencias actuales en la venta de productos ultra-procesados en América Latina
El estudio Un estudio de OPS estimó las tendencias de consumo de PUP en Latinoamérica usando información de venta de la base de datos de Euromonitor (2014). Se realizó un análisis de series de tiempo usando encuestas nacionales de 12 países, de 1999 a 2013, para probar la asociación entre los cambios en las ventas anuales per cápita de PUP (en kilogramos) y los cambios en el promedio del Índice de Masa corporal (IMC) estandarizada por edad en adultos.
Los datos de IMC fueron obtenidos de la Base de Datos Global de OMS y datos de covariables
tomados del Banco Mundial.
Las tendencias en las ventas anuales per cápita de PUP en los países estudiados.
En 1999, se registraron ventas anuales altas per cápita en México (160 kg) y en Chile (120 kg), mientras que las ventas fueron hasta 4 veces menores en Perú (37 kg) y Bolivia (41 kg). En comparación, las ventas anuales de PUP en Canadá fueron de 245 kg, y de 335 kg en EE.UU. De 1999 a 2013, las ventas de estos productos crecieron continuamente en todos los países. Se observaron grandes aumentos en Uruguay (+145%), Perú (+121%) y Bolivia (+151%). Durante
el mismo período, las ventas decrecieron en Canadá (-7%) y EE.UU. (-9%).
Productos ultra-procesados, sobrepeso y obesidad
La Organización Mundial de la Salud (1) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (2) señalan que las bebidas azucaradas, los snacks de alta densidad energética y la “comida rápida”, todos ellos ultra-procesados, contribuyen a la obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y varios cánceres. Un estudio reciente de series de tiempo, usando encuestas nacionales, reportó que las ventas de comida rápida era un predictor independiente del promedio IMC en los países de la OECD (6).
Cambios de IMC en América Latina en adultos en función de las ventas de PUP entre 1999 y 2009.
Los países donde las ventas de productos ultra-procesados son menores y donde las dietas tradicionales aún prevalecen, como Bolivia y Perú, tienen un promedio de IMC menor, mientras que los países donde las ventas de esos productos son mayores, como México y Chile, tienen un promedio de IMC mayor.
Luego de los ajustes por covariables (población urbana y PBI), los cambios en la venta de PUP y los cambios en IMC están asociados significativamente (R2=0.79; p 20 años )
Ventas anuales per cápita de productos ultra-procesados (kg)
México
Chile
Costa Rica
Venezuela
Guatemala
Brasil
Ecuador
Colombia
República Dominicana
Uruguay
Bolivia
Perú
Referencias
1 World Cancer Research Fund/American Institute for Cancer Research (2009) Policy and Action for Cancer
Prevention. Food, Nutrition, and Physical Activity: A Global Perspective. Washington, DC: AICR.
2 World Health Organization (2003) Diet, Nutrition and the Prevention of Chronic Diseases. Report of a
Joint WHO/FAO Expert Consultation. WHO Technical Report Series no.916. Geneva: WHO.
3 Pollan M (2014). Cooked: A Natural History of Transformation. Penguin Press: New York.
4 Monteiro CA, Moubarac J-C, Cannon G, Ng S, Popkin BM (2014). Ultra-processed products are becoming
dominant in the global food system. Obesity Review, Suppl 2:21-8. doi: 10.1111/obr.12107.
5 Moodie R, Stuckler D, Monteiro C, Sheron N, Neal B, Thamarangsi T, et al. (2013). Profits and pandemics:
prevention of harmful effects of tobacco, alcohol, and ultra-processed food and drink industries. The
Lancet, 381(9867):670-679
6 De Vogli R, Kouvonen, Aand Gimeno D (2014). The influence of market deregulation on fast food
consumption and body mass index: a cross-national time series analysis Bull World Health Organ,92:99–
107A
7 PAHO (2014). Plan of action for the prevention of obesity in children and adolescents. 53rd directing
council 66th session of the regional committee of WHO for the Americas. Washington, D.C., USA.
Esta hoja informativa se basa en resultados de un proyecto de investigación encargado por OPS NMH/
Risk Factors Unit al Dr Jean-Claude Moubarac (U. de Sao Paulo /U. de Montréal). La colaboración del
Prof. Roberto De Vogli (UC Davis es también aporeciada). Información de contacto en OPS: NMH/Risk
Factors, Dr Enrique Jacoby, jacobyen@paho.org