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“Ha pasado más de una década desde que los seres humanos han roto su propio código genético, pero todavía tenemos que despertar a un mundo de formas de vida artificiales como lo afirman muchos genetistas. Animales transgenizados son un peligro para la salud humana?, es cuestión de ética religiosa y mito?, o por el contrario beneficia a la alimentación mundial.
¿Sabías que algunas variedades de carne de vacuno en el mercado hoy en día provienen de ganado que ha sido modificado deliberadamente para que les crezcan anormalmente grandes músculos para la producción de carne?
Mientras esperamos que la ciencia genética madure tal vez deberíamos echar un buen vistazo a las vacas. Específicamente, las Azules Belgas.
Este saco de musculo es un monumento al poder genético de la cría selectiva. Un solo defecto genético, un gen de la miostatina defectuoso, es responsable de su enorme masa, y ese defecto fue cuidadosamente pasado a través de la raza desde hace más de un siglo antes de que fuera conocido lo que estaba causando su impresionante “doble musculatura”.
Un segmento emitido por el canal National Geographic ofrece una visión de la misteriosa producción de las llamadas “Super Vacas”, que llevan intencionadamente un gen defectuoso que les permite crecer anormalmente grande, con una “doble musculatura”.
JUGANDO A SER DIOS – ANIMALES TRANSGÉNICOS
Otra de las técnicas empleadas es la creación de animales transgénicos, es decir, animales cuya información genética ha sido modificada para alterar sus características, de modo que produzcan más y sean más resistentes a las enfermedades. El principal problema con que se encuentran los investigadores es la necesidad de mejorar las técnicas de inserción del nuevo ADN.
La técnica más habitual, la microinyección en los cigotos, no ofrece unos resultados satisfactorios, pues el tanto por ciento de los descendientes que expresan el gen extraño es de un 30% en ratones y sólo el 1% en rumiantes, lo que, afortunadamente, evita la extensión masiva de estos animales en las granjas.
GALERIA DE MONSTRUOS
En Gran Bretaña, 10.000 embriones de cerdo son inyectados cada año con genes extraños. Y la Universidad de Newcastle estudia crear cerdos transgénicos en los que se habrá manipulado sus sistemas digestivos para que coman hierba. Australia, por su parte, ha conseguido producir una oveja transgénica que crece un 30% más rápido, y ahora se investiga la aceleración en el crecimiento de la lana, una industria puntera del país.
En la Universidad de California, Estados Unidos, se ha “inventado” la “ovebra” mediante fusión de células de oveja y cabra. El resultado es un animal con cara y cuernos de cabra y cuerpo de oveja.
En Winsconsin, por otra parte, han conseguido modificar el instinto incubador de las gallinas para que empleen su tiempo más provechosamente en la puesta, exclusiva, de los huevos.
EL EXTRAÑO CASO DE LOS CERDOS DE BELTSVILLE
Uno de los casos más polémicos fue el de los cerdos de Beltsville. En 1988, en el centro de investigación científica del departamento de Agricultura del Gobierno de los Estados Unidos, en Beltsville, Maryland, se llevó a cabo un experimento dirigido por el investigador Vernon Pursel en el que se inyectaron los genes que codifican la hormona de crecimiento humana en el ADN del cerdo nfi6707, cuando éste todavía era un embrión. El objetivo era que creciese más rápido, fuera más grande y produjera carne de mejor calidad. A principios de la década, en 1982, la Escuela de Veterinaria de Pennsylvania había creado ya un precedente, un ratón gigante que pesaba el doble que sus congéneres naturales. Sin embargo, en Beltsville, los resultados, impredecibles de antemano, fueron desastrosos: los cerdos tenían una visión muy pobre, exceso de pelo, artritis deformante en las patas, úlceras de estómago, debilidad muscular, impotencia, letargía; también eran muy susceptibles al estrés y al desarrollo de tumores. Quizás un control estricto de la investigación desde el principio podría haberles evitado el sufrimiento.
“HERMÁN”, EL FAMOSO TORO HOLANDÉS
El caso de Hermán, el toro holandés, se convirtió en un problema científico, político y legal que llegó a ser debatido en el Parlamento holandés. Éste rechazó dos de los tres objetivos de investigación planteados sucesivamente por la empresa GenePharming, aceptando únicamente el que se proponía crear medicinas humanas a partir del toro transgénico Hermán, pero no la creación de leche “humanizada” en vacas.
La compañía GenePharming Europe, con sede en Leiden, obtuvo en 1988 una importante ayuda económica del Gobierno holandés para financiar la creación de animales transgénicos. En 1989, el Ministro de Agricultura aseguró al Parlamento que el objetivo era obtener leche de vaca “humanizada” que no causase reacciones alérgicas, mediante la incorporación de genes humanos en los embriones de las vacas lecheras. Otro objetivo posterior, en colaboración con un instituto veterinario público, fue incrementar la resistencia de la vaca a la mastitis (infección bacteriana de las ubres), causada entre otras cosas por la explotación a que son sometidas. Sin embargo, en medios científicos se dudaba de que la ingeniería genética pudiera resolver el problema debido a los múltiples factores que intervienen en dicha enfermedad. Un tercer objetivo fue la producción de lactoferrina humana en vacas transgénicas. Finalmente, a principios de 1994, se supo que la multinacional de alimentación infantil Nutricia había firmado un contrato con Gene Pharming para financiar los proyectos sobre animales transgénicos con el fin de obtener lactoferrina humana susceptible de ser incluida en los alimentos infantiles. Presionado por las asociaciones animalistas y de consumidores y debido a la infracción de la ley animalista holandesa que el contrato entre Nutricia y GenePharming representaba, el Ministerio de Agricultura prohibió la investigación. Desde entonces, la ayuda oficial a GenePharming ha sido condicionada a un control ético exhaustivo previo al desarrollo del proyecto.
Los experimentos consistieron en insertar en varios embriones de toro y vaca el gen humano que codifica la lactoferrina, proteína secretada por los mamíferos en la leche que forma parte del sistema inmunitario natural del organismo y ha sido relacionada con la protección frente a infecciones bacterianas.
Así fue como se “creó” a Hermán en diciembre de 1991, primer animal transgénico en el mundo que presenta el gen que codifica la lactoferrina humana en todas las células de su cuerpo. Se pretendía, y se consiguió, con el permiso del Parlamento holandés, cruzarlo con diferentes vacas, de manera que sus hijas tuvieran ese gen en sus células. Dado que los únicos individuos interesantes para la investigación eran las hembras que pre-sentaban el gen humano en sus células, el resto de la descendencia de Hermán era sacrificada, por ser considerada “inútil”.
REACCIÓN SOCIAL
Tanto la patente del toro, como del gen y su descendencia representaban muchísimo dinero. El proyecto fue enérgicamente criticado por la Sociedad Holandesa para la Protección de los Animales por las implicaciones éticas y sociales de la manipulación genética de los animales de granja. La asociación criticó el perjuicio causado a los animales transgénicos exclusivamente en beneficio del hombre y provocó un debate público en la sociedad holandesa. Se organizaron campañas de envío masivo de postales a los organismos oficiales, entre ellos la Oficina Europea de Patentes, en la que la empresa había presentado la petición de la patente de Hermán. La polémica se avivó porque los expertos aseguran que el beneficio terapéutico de la manipulación genética ejercida sobre Hermán no es tan útil como se pretende: Uri Vecht, del Instituto Nacional Holandés de Investigación Veterinaria, manifestó que la bacteria que inhibe la lactoferrina es causante de sólo la mitad de las infecciones, por lo que el gen extra añadido no aumenta la respuesta inmune de modo significativo.
ALTERNATIVAS
Por otra parte, no se ha invertido suficiente dinero en las tres alternativas que se conocen hasta el momento para la producción de lactoferrina humana. Diversos equipos científicos han investigado con gran éxito y alto rendimiento la producción de lactoferrina humana a partir de hongos y levaduras manipulados genéticamente, pero estos proyectos no han recibido tanto apoyo como el proyecto de GenePharming, que, a pesar de ello, se ha ido distanciando de los organismos oficiales debido a las presiones que recibía para respetar los planteamientos éticos que la legislación holandesa impone para cualquier colaboración científica de sus organismos oficiales con empresas científicas privadas. Otras alternativas ya en marcha son la creación de bancos de leche materna, pues es esta leche la que presenta mayor concentración de la proteína. El cultivo en células de hámster es otra alternativa existente.
PARCIALIDAD
La Asociación Holandesa para la Protección de los Animales señala en su informe sobre el caso que el proyecto fue permitido a pesar de que vulnera la legislación holandesa sobre protección animal, que prohibe la experimentación.
El estudio de la información que llega a nuestras manos nos ha hecho sentir corresponsables de documentar este trabajo desde su aspecto global: hombre, animales y plantas, ya que afecta a todos por igual. Además, se sospecha que los Comités Éticos nombrados para asesorar al Parlamento no realizaron una labor objetiva debido a su estrecho contacto con los investigadores durante la elaboración de los informes.
En definitiva, GenePharming ha visto reducido a mínimos su prestigio y credibilidad no sólo ante la opinión pública, sino frente a los diferentes organismos públicos que le han apoyado, frente al Parlamento, al que pretendió despistar, y frente a otras compañías bio-tecnológicas que ven en este caso una publicidad que les afectará negativamente. La empresa consiguió la patente de Hermán en Nueva Zelanda, y en USA consiguió los derechos sobre su “creación”. Tiene pendiente su patente en Europa.
EL PEZ “SCHWARZENEGGER”.
En Canadá, donde, como muy bien saben los pescadores españoles, la pesca y la piscicultura constituyen un sector de gran interés económico, se intenta aumentar el tamaño de los salmones a base de insertarles genes involucrados en el crecimiento de los seres humanos, los pollos y el ganado. Otros países, como Estados Unidos o Japón, realizan experimentos similares, pues la piscicultura es un sector comercialmente en alza.
Los investigadores canadienses informaron de unos resultados sorprendentes, casi increíbles: un salmón del Pacífico transgénico pesaba 37 veces más y maduraba con mayor rapidez. Más razonables son otros estudios que afirman haber conseguido aumentos de peso de 2 a 6 veces superiores a la media normal y, en casos extraordinarios, 13 veces superiores. También se investiga con otras especies piscícolas, como carpas y truchas. Estos proyectos interesan mucho a los cultivadores de peces, pues prometen reducir los costes y aumentar la producción.
BIOTECNOLOGÍA PISCICOLA
Una de las técnicas biotecnológicas aplicadas a los peces es la inyección de hormonas para estimular la reproducción, ya que los peces no se reproducen fácilmente. Puesto que en determinadas especies sólo uno de dos sexos interesa por adquirir mayor tamaño que el otro, se ha desarrollado una técnica que consiste en añadir al alimento hormonas que provocan el desarrollo exclusivo del sexo que interesa. Otro método de cambio de sexo es la aplicación de radiaciones a los óvulos o al esperma, a pesar de que se desconocen sus efectos sobre la descendencia. Por otra parte, a veces es necesaria la esterilización o el retraso de la madurez sexual, para evitar la excesiva reproducción de determinadas especies, hecho que causa problemas de espacio a las factorías.
La inyección de hormonas también se emplea para acelerar el crecimiento. Otra técnica que estimula el crecimiento es la esterilización por adición de un cromosoma, pues de ese modo la energía se canaliza exclusivamente en aumentar el peso. En la actualidad se está estudiando la creación de peces que*produzcan sustancias “anticongelantes”, resistentes a las frías aguas del océano. De ese modo las granjas de salmones canadienses podrían situarse en aguas más al norte.
CONSECUENCIAS
Todos estos procedimientos aumentan indiscutiblemente -la producción, pero causan también un enorme estrés al animal. De todos modos, estas investigaciones están aún en sus comienzos y tardarán un tiempo en ofrecer lo que prometen. De momento, los científicos se limitan a aislar diferentes genes y estudiar sus posibles aplicaciones. Es cierto que algunas líneas de investigación pretenden hacer disminuir las epidemias infecciosas dentro de las piscinas mejorando los sistemas inmunológicos de los peces. Sin embargo, poco o nada se sabe de las consecuencias futuras para la salud del pez, el cambio que pueden producir en su comportamiento o el perjuicio que pueda causar a su bienestar. Varios estudios han demostrado que peces como la carpa experimentan dolor, frustración y miedo debido al entorno extraño que representa la piscina, lo que se expresa en un cambio de concentración hormonal y un comportamiento más agresivo. Y, por otra parte, ¿qué efectos causa en el consumidor?, ¿se puede aceptar un producto peligroso para el medio ambiente e incierto para el ser humano?
Los métodos de sacrificio también son crueles y lentos: electricidad, congelamiento en vivo o salado en vivo. Además, los contenedores de las piscifactorías no están hechos a prueba de accidentes. Por eso se investigan también diferentes procedimientos para evitar el cruce de los peces transgénicos que se pudieran escapar al medio natural con los peces salvajes, como la esterilización hormonal del pez adulto o la producción de triploidías mediante inserción de un cromosoma adicional en el huevo. Estas técnicas biotecnológicas se combinan con redes y barreras en los tanques y la instalación de monitores de televisión que controlan todo el recinto. El cruce de peces transgénicos con los naturales podría producir la extinción de las especies naturales, por aumentar la competición por la comida y favorecer la transmisión de nuevas enfermedades, entre otros perjuicios medioambientales aún poco estudiados.
LA LECHE
En Estados Unidos, a principios de los 80, se aisló la hormona de crecimiento bovina, que estimula la producción de leche. Si se manipula genéticamente esta hormona y se inyecta en las vacas, éstas producen un 20% más de leche, pero este procedimiento aumenta también el número de infecciones en las ubres, problemas digestivos, abortos e incluso la muerte. Y además, es dudosa la calidad de una leche extraída de una vaca en tan mal estado.
La Unión Europeá’ha reducido de siete a uno los años de moratoria en el uso de la hormona de crecimiento BST en las vacas lecheras, y Estados Unidos permite su uso desde el mes de marzo de este año. La tendencia científica actual es la creación de nuevas variedades de leche gracias a la manipulación genética de las vacas, cabras y ovejas. La leche se ha convertido de este modo en el medio a través del cual destilar diferentes proteínas y medicamentos humanos. La glándula mamaria de los mamíferos se ha convertido en una máquina productiva al servicio de la industria.
ESPAÑA
En España, el Centro Nacional de Biotecnología, dependiente del CSIC, informó a ADDA a través de su director, Mariano Esteban, de las experimentaciones que está llevando a cabo con cerdos transgénicos. El objetivo es conseguir que las hembras secreten en su leche anticuerpos contra el virus de la gastroenteritis porcina, que causa una alta mortandad en los lechones.
En 1992, se experimentó la inseminación artificial por primera vez en España para la selección de toros, en la finca de Alvaro Domecq, y bajo la dirección veterinaria del doctor José María Carrillo. Entonces nacieron tres novillos vivos y tres hembras muertas y se creó un banco de embriones de toro bravo congelados. El método seguido fue el de inducir artificialmente la ovulación sincronizada a 10 vacas para inseminarlas artifi-cialmente con semen de los mejores toros. Una vez conseguidos los cigotos, se extrajeron de las madres para estudiarlos y seleccionar los más fuertes y mejor formados, y posteriormente reimplantarlos en vacas suizas adoptivas, porque tienen unas gestaciones menos problemáticas. Por otra parte, el primer éxito español en la transferencia embrionaria equina se consiguió en Cantabria, por iniciativa del ganadero del Centro de Reproducción Equina de Santander y en colaboración con la Diputación. El proceso consistió en introducir embriones naturales de dos padres de raza “Silla francés” en yeguas árabes. Así nació el 14 de febrero de 1995 “Heralda”. El proceso requiere la simultaneidad de ciclos de celo y ovulación entre las hembras, sincronizados artificialmente con progestógenos. Una yegua de raza podrá proporcionar mediante este método que ha revolucionado la cría equina una media docena de potros al año a través de otras tantas yeguas receptoras, de modo que la madre natural podrá seguir con su actividad “productora” habitual mientras otras yeguas gestan sus potrillos. Esta actividad puede representar una enorme fuente de ingresos y abrir nuevos mercados.
En Sant Feliu de Guíxols, Cataluña, el doctor Andrés Bacardit, que lleva años dedicado a los cruces genéticos entre distintas especies gallináceas, ha conseguido una gallina, llamada Gallina T, que tiene el récord de puesta: 22,5 kilos de huevos al año, lo que supera a las superponedoras americanas, judías, holandesas o belgas…Además, ha creado el pollo de engorde Costa Brava y un superfaisán que pesa el doble que uno normal. Pero este experimento también ha dejado por el camino sus “monstruos”: híbridos gigantescos que sufrían un infarto a las 10 semanas y 3 kilos de peso, gallos que asesinaban a sus competidores.
INFORME DEL CONSEJO DE EUROPA
El Consejo de Europa publicó en 1993 unas recomendaciones (1213) sobre los Avances en Biotecnologia y sus consecuencias para la Agricultura, incluyendo la silvicultura y la pesca, en la que destaca los nuevos métodos de reproducción animal y la creación de plantas resistente a los pesticidas. Según este organismo europeo, entre los efectos benéficos de la biotecnologia están: reducción de costos y aumento de los beneficios, eliminación del uso de los herbicidas e insecticidas dañinos, perfeccionamiento de los pedigrís de los rebaños, aceleración o retraso de la madurez sexual del ganado en diferentes especies según convenga, producción de carne más sabrosa, protección de las especies en peligro de extinción, clonación de animales según intereses del mercado y creación de banco de embriones para mantener la diversidad genética.
Sin embargo, el Clonación, aunque afirma estar convencido de las importantes perspectivas de desarrollo que estas modernas técnicas ofrecen a la agricultura y las áreas farmacéutica y médica, también señala los peligros de su aplicación: creación de nuevas enfermedades, que, transmitidas por animales transgénicos a las especies animales que viven en hábitats naturales, pueden tener efectos en el ecosistema; aumento del sufrimiento y el estrés del animal de granja, lo que significa, se reconoce un retroceso en los avances del bienestar animal. Para ello se propone el control minucioso para evitar riesgos y promover beneficios, y recuerda a los países desarrollados su responsabilidad respecto a los países en vías de desarrollo y su compromiso con el Pacto por la Diversidad Biológica, adoptado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y desarrollo, en Río de Janeiro.”
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