Publicado en Correspondecia Recibida, Derechos, La Meditación, Mujer, VISIBILIDAD
Hay argumentos propios y adquiridos a y través de la religión así como jurídicos valederos pero, que demandan un poco más de averiguación de culturas antiguas y de alcance espiritual más amplio en el tiempo y el espacio.
La presente tiene por tanto motivarlo para que investigue o plantee respecto a qué le pasará a aquellos que de una forma u otra se ven envueltos en un aborto.
En Estados Unidos, hoy por hoy, la cifra de abortos supera con creces a la cifra de los nacimientos.
¿QUÉ realidad espiritual hay detrás de todo ESO? ¿QUÉ SE ESTÁ CUMPLIENDO CON ESA ESTADÍSTICA?
Las creencias judías admiten la reencarnación. Las nuestras, aunque la Biblia menciona en varias pasajes, que se interpretan de otra forma.
La idea es que, si hacemos un amplio ejercicio mental, intelectual y espiritual, cabe la posibilidad de hacernos la siguiente reflexión dentro de la sentencia bíblica: “QUIEN A HIERRO MATA A HIERRO MUERE”
Con base en lo anterior, hay que meditar que si eso es cierto, entonces quien de una forma u otra forma: haya propiciado un aborto, lo haya admitido, sea cómplices, determinador, haya ayudado en cualquier forma, circunstancia y lugar, cabe esperar que por vidas futuras:
a) Sea sujeto por ley del Karma (aprendizaje en carne propia) a ser abortado.
b) Otro (a), ya como mujer, aborte o sean sujeto de abortos.
c)La ley se cumple para todos, médicos, legisladores, periodistas,y todos aquellos que ilusamente crean que están defiendo ese derecho a determinar que hacer con una vida que apoyarlo es la negación del derecho a la vida.
RESUMEN:
Y recuerde: quien por omisiòn o acciòn, o por supuesta ignorancia de la Ley de Causa y Efecto , estará encadenado por una o muchas generaciones a sufrir lo que causó hasta que aprenda…”, en otras palabras estará : “quien inocentemente “apoya” el aborto inocentemente se condena.
UNA PROPUESTA
En lugar de inventarse una sentencia anticipada de “pena de muerte” contra una víctima que ni siquiera puede defenderse a su vez en transformar a médicos y enfermeras en verdugos sujetos a la ley del Karma por generaciones, ese monumental presupuesto debería destinarse a educación, establecimiento de casas de atención donde la mujer y el niño sean amparados en todos los aspectos.