Darnos para Recibir

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Publicado en Armonía

 

Siempre hay que dar a fin de habilitarse para poder recibir.
Esta es una ley ineludible. Se nos ha dicho que hay que dar sin interés alguno. Y eso también es cierto. En ninguna forma discrepa con lo que primero hemos dicho.

Veamos el por qué de lo anteriormente dicho.

Hemos venido para ser felices. Es la verdad. Sin embargo, muchos creen que vinimos a sufrir para poder ir al cielo y eso no es cierto.
Se suele ignorar que Dios nos ha dado el libre albedrío, es decir, la potestad de escoger por donde ir en esta vida haciendo los méritos para lo que queremos.

Hay que ir evolucionando en cuanto al sentido y verdadero alcance de las expresiones cotidianas ya que muchas de ellas se derivan del temor infundado por diferentes medios.
¡Hay que creer en nosotros mismos y lo que Dios espera que hagamos por nosotros mismos!

Expresiones tales como “yo no nací con suerte”, “estoy de malas” o “hay que resignarse” o “es que yo no soy capaz”, “yo no puedo” y tantas otras heredadas o aprendidas o escuchadas desde cuando éramos pequeños, deben eliminarse de nuestro diario sentir, ser, hacer y tener. Entonces hay que empezar por darnos a nosotros mismos para poder recibir lo que queremos. Y si queremos que nos vaya bien comencemos por controlar nuestros pensamientos y manera de expresarnos por lo que nos pasa.
Hay que sentirnos unos ganadores para que la suerte venga a nosotros.

Hay que evitar dar paso a emociones que tenga que ver con la impotencia, el miedo al mañana o después, porque ello paraliza la mente e impide que veamos más claramente las soluciones. Diga cada vez que lo elija hacer las siguientes frases:
“Este es un día maravilloso para mí. El amor Divino me envuelve y avanzaré en paz.
Cuando mi atención se desvíe de lo que es puro y bueno, la devolveré hacia aquello que es útil y provechoso para mí. YO SOY un imán mental que atrae todo lo que es armonioso y sano para mí y la humanidad. Gracias Padre Mío”
 

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