Publicado en Correspondecia Recibida
Desde hoy y durante siete días, las Farc tramitan internamente, en su Décima Conferencia, su paso de movimiento alzado en armas a movimiento político legal. Tema central del punto dos de la agenda de negociación de La Habana, el de la participación política, en el que Antonio José Lizarazo actuó como asesor en la mesa a nombre del Gobierno.
Desde hoy y durante siete días, las Farc tramitan internamente, en su Décima Conferencia, su paso de movimiento alzado en armas a movimiento político legal. Tema central del punto dos de la agenda de negociación de La Habana, el de la participación política, en el que Antonio José Lizarazo actuó como asesor en la mesa a nombre del Gobierno. En diálogo con El Espectador, el exmagistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE) explicó los alcances de lo pactado y sus impresiones sobre el camino que comienza a recorrer esa guerrilla en la democracia colombiana.
¿Cuál cree que es la idea de democracia que tienen hoy las Farc?
Con las Farc, y todos los colombianos lo hemos podido observar, ha habido un proceso paulatino de cambio de discurso y de su percepción y compromiso frente al país y la paz. Indudablemente, el acuerdo significó su adhesión al pacto constitucional de 1991, es decir, ingresan a ese ordenamiento sobre la base de algunos ajustes a las reglas de juego del sistema democrático para garantizar de mejor manera la realización de los principios de pluralismo y participación ciudadana. Por eso creo que el concepto que tienen hoy de democracia es el mismo que tenemos todos.
En materia de participación política, ha dicho usted que los cambios son sólo procedimentales. ¿Cómo así?
El acuerdo sobre participación política es esencialmente un acuerdo procedimental, sobre el compromiso del Gobierno de impulsar unas reformas del sistema político y electoral. Se crean mecanismos o instancias o procedimientos para discutir los cambios que se requieren en ese sentido. Por ejemplo, en relación con el estatuto de la oposición, el compromiso es crear una comisión de partidos para que, junto con el partido de las Farc y otras agrupaciones políticas de oposición, discutan sus lineamientos. Y el Gobierno se compromete, a partir de esos lineamientos, a formular el estatuto y a tramitarlo ante el Congreso, mediante el Procedimiento Legislativo Especial. Y lo mismo ocurre con la reforma electoral.
De cualquier manera, el primer objetivo es que las Farc estén en las elecciones de 2018…
El primer objetivo era la renuncia de las Farc a las armas y a la violencia. El acuerdo tiene como fin primordial la terminación del conflicto armado. Luego viene una serie de objetivos consecuenciales, uno de ellos el de la participación de la guerrilla en política, es decir, la transformación de actor armado en actor político, lo cual implica su participación en las elecciones de 2018 con unas curules que sólo se asignarán con la previa aplicación de las reglas ordinarias, y si no lo logran, se les garantiza una participación mínima.
Entonces “Timochenko” puede aspirar a la Presidencia…
Depende de la conducta que asuma frente al sistema de justicia. Lo que dice el acuerdo es que las sanciones que imponga la Jurisdicción Especial para la Paz no inhabilitarán para el ejercicio de la política. Luego, entonces, quiere decir que habrá antes un sometimiento a ese sistema y el levantamiento de las inhabilidades, que son las que hoy tienen los jefes guerrilleros con base en la justicia ordinaria. Es decir, esa posibilidad está abierta.
¿A cuál de los jefes de las Farc le vio ganas de entrar en la política?
No sé cómo piensan individualmente, pero es claro que el vocero de la delegación, Iván Márquez, es un primer candidato. De hecho, pienso que es deseable para el éxito del proceso que los líderes de las Farc entren a participar, pues eso garantiza el éxito del proceso de transición en la medida en que consolida su organización política y mantiene los liderazgos naturales en el interior de la organización.
Hay una discusión en torno a las 10 curules que se les van a dar. ¿Al fin son directas o no?
No son directas y no son a dedo. Hubiesen sido directas si el acuerdo se hubiera acogido al artículo 13 transitorio de la Constitución. La Constituyente del 91 facultó al Gobierno a otorgar curules directas, sin necesidad de participar en procesos electorales, a organizaciones armadas al margen de la ley que hicieran un proceso de paz. Pero en esta oportunidad la llave para acceder a las curules es participar en el proceso electoral y someterse a las reglas ordinarias. Puede ocurrir que la lista de las Farc obtenga cinco o más curules; en ese caso, no habría asignación de ninguna. Pero en el evento de que esa incursión en la política no les permitiera tener una representación de cinco senadores y cinco representantes, la regla dice que ese número se les completa. Ahora, vale la pena tener en cuenta que en 1986, la Unión Patriótica obtuvo 320.000 votos en elecciones a Congreso; luego es de suponer que 30 años después podría tener una votación más o menos similar, cifra que les alcanzaría para unas tres curules.
¿Y las 16 circunscripciones especiales de zonas de conflicto, cuentan o no para las Farc?
No, porque las reglas especiales que se van a aplicar para la elección de esas curules no van a permitir que las Farc, ya como partido, participen. La regla dice que no pueden participar los partidos que tengan representación en el Congreso, y como el partido de las Farc va a tenerla, estarán impedidas para aspirar en esas circunscripciones. Llama la atención que digan que por ser zonas de influencia de las Farc van a poner gente de ellas, pero mire que en San Vicente del Caguán ganó el Centro Democrático y en el Catatumbo algunos alcaldes son del Partido Conservador.
Hablando en plata blanca, ¿en qué cedieron exactamente las Farc? ¿Cuántas curules pedían?
En Senado querían mínimo 15 y representación de todos los departamentos, además de asambleas y concejos. También se discutió que fueran directas.
¿Cuál es la mayor preocupación que tienen para entrar en la política?
Siempre estuvo presente en la discusión la necesidad de garantizar la seguridad de los actores políticos, no sólo los de las Farc. Había una preocupación muy grande frente a la violencia que se ha denominado del paramilitarismo, por la forma como afecta la participación de los actores de la política. En ese sentido, se estableció el sistema integral de seguridad, que incluye varios elementos que van más allá de la protección a la vida. La idea es construir una nueva cultura democrática, de no estigmatización, de resolución pacífica de conflictos, de respeto por el adversario y de tramitar las diferencias en los procedimientos de la democracia.
¿Es cierto que las Farc van a tener canal privado de televisión?
No es cierto. En esa materia se acordó un canal cerrado para todos los partidos, movimientos políticos y organizaciones sociales, con el objetivo de generar un mecanismo de difusión de las plataformas programáticas y realizaciones de todos.
¿Y lo de las 31 emisoras?
Tampoco es cierto como lo están planteando algunos. El acuerdo no crea 31 emisoras sino que somete a la legalidad 31 emisoras clandestinas que hoy existen para ponerlas al servicio de la pedagogía por la paz.
Y en materia de financiación, ¿cuánto se le va a dar al nuevo partido de las Farc?
La financiación será especial y transitoria, máximo por dos períodos, o sea que va hasta el 19 de julio del 2026. Va a ser equivalente al 10 % del tope del fondo de financiación de partidos y campañas electorales, es decir, lo que se reparte entre todos los partidos y movimientos políticos, con el propósito de que pueda organizarse en cuanto a estructura física, tecnológica y todos los requerimientos de sedes y de creación de un partido del nivel nacional.
¿Y eso cuánto sería en plata?
En pesos de 2015, la última resolución del Consejo Nacional Electoral distribuyó alrededor de $32.900 millones, o sea que el 10 % serían unos $3.290 millones.
¿Ahí va lo del centro de pensamiento y divulgación de plataforma política?
Habrá una financiación adicional a la del funcionamiento del partido para esos objetivos, como son la divulgación política e institucional, y para un centro de pensamiento, cuyo objetivo es consolidar la memoria de las Farc y su proyecto político. Esos recursos van hasta 2022 y serán del 5 % del monto de financiación, unos $1.600 millones más o menos.
Dentro de lo que usted pudo percibir en la negociación, ¿es posible que las Farc busquen inicialmente alianzas con movimientos como Marcha Patriótica o la Unión Patriótica?
Creo que van a constituir su propio partido político, y eso lo expresaron muchas veces. Por esa razón, teniendo en cuenta que sólo hasta el día 180 después de la firma de la paz, cuando haya terminado todo el proceso de dejación de armas, podrán ser reconocidos como partido político, la idea es que quienes se vayan incorporando a la vida civil integren un núcleo a partir del cual se creará el partido. Será una agrupación política que podrán constituir como ciudadanos en ejercicio, reconocida por el CNE, y que se encargará de designar los voceros en el Congreso que participarán en el trámite de los proyectos en el Procedimiento Legislativo Especial.
Ahora, sin duda todo lo planteado depende del resultado del plebiscito…
Así es. Los colombianos tienen la última palabra, y sólo si se apoya lo acordado habrá implementación. Seguramente las Farc estarán pendientes del resultado para tomar sus propias decisiones.
¿Y si los colombianos dicen no?
Ese es un escenario que no se contempló. La delegación del Gobierno tenía la misión de llegar a un acuerdo de paz con las Farc y la cumplió. Ya las consecuencias de la decisión de los colombianos en las urnas es un asunto que no corresponde a la mesa de negociación ni a la delegación del Gobierno en la mesa de diálogos.