Publicado en Correspondecia Recibida, Mujer, Relación con los demas
“Una mañana una joven recibió una llamada de su esposo, en el que le decía… -“Yo también sentí lo mismo que tu anoche sentiste… Te espero dentro de una hora en el parque… Junto al pequeño muelle del lago”.
Ella puso el teléfono en su lugar y su impresión fue un poco aterradora, ya que un día antes había soñado a su esposo, con quien había discutido y quedado en malos términos, y que, por rencores y orgullos, ambos decidieron dar fin a su relación y a la comunicación de pareja y amistad.
Tomó una ducha, se arregló y pensó en decirles a sus amigas que él le había llamado, pero prefirió dejarlo en privacidad….Total, era el momento para que ambos volvieran a cruzar palabras, ya que el orgullo no debe ser eterno, ni mucho menos un castigo en juicio….
La joven se dirigió al parque, se acercó al pequeño muelle y se sentó, observando y pensando qué iba a pasar, ¿qué le diría su esposo? ¿De qué iba hablar? Miraba a la gente pasar y entre esa gente, vio a su esposo que se acercaba a ella de forma misteriosa…. lo vio extraño, vestía totalmente diferente.
No vestía sus ropas frecuentes, ahora vestía un camisón blanco…que hacía ver en su rostro una extraña palidez, su mirada reflejaba una paz inmensa, lucía sereno. Era como si emanara rayos de luz…… vestía unos zapatos impecablemente limpios del mismo color del camisón…..Ella intentó decirle ¡hola!, pero él le dijo:
-Caminemos….
Él comenzó la conversación:
-“He sabido que has estado triste y que has tenido muchos problemas…
Te he soñado llorando… te he escuchado gritar afuera de mi casa … Y no me acercaba a ti, debido a las circunstancias, debido a tontos orgullos, yo sé que tú no querías saber nada de mí … Y no te culpo … Te lastimé demasiado, te hice mucho daño y logramos alejarnos …. No vengo a discutir… No vengo a pedirte perdón….. Sólo he venido a decirte que aunque las cosas no se arreglaron en su debido momento… Yo creo que nunca es tarde……. ¿Sabes?, esperé a que tú me llamaras, para poder platicar… Pero tú llamada nunca llegó….
El esperarte… el pensar en tí… borró mi apetito… Se robó mis días de sol… y me fue venciendo poco a poco…. Sin embargo, guarde Fe… y dije “ella llamará”…. Más nunca lo hiciste…. Como siempre….No te culpo pero si te comprendo…. Sé lo que sentiste anoche… sé lo que te pasó, yo también lo sentía en ese momento, pero con mucho más dolor … Grité tu nombre mil veces … y grité mil veces perdón……….., ¡Qué lástima que no me hayas escuchado! … ¡Qué lástima que no me hayas llamado! … ¿Pero sabes amor? creo que nunca es tarde para perdonar y si te pedí que vinieras al parque fue para entregarte esto….
Él le entregó en sus manos una cruz, la cual era símbolo del amor de los dos… Esta cruz es mi cuerpo… esta cruz es quien soy… Te amé, te amo y te amaré por siempre; quiero que la conserves contigo por el resto de tu vida…. Ella se quedó sin palabras mientras gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas…. La gente lo miraba y lo señalaban….alguien le preguntó…. Oiga, ¿está usted bien? Y Ella respondió… Si ¿por qué? La veo caminar y la veo llorar… ¿Le sucede algo?…. Nada, gracias, simplemente estoy conversando con él… La persona que preguntó, se retiró extrañada del lugar…
Ella acompañó hasta la casa a su esposo, que no era otra la de sus suegros. Él, le pidió que por favor lo esperara afuera y ella accedió… él nunca la hacía esperar en el patio…
Se quedó 10 minutos esperando… y no regresaba.
De pronto escuchó voces y vio salir de la casa a los hermanos y amigos de su esposo, todos con cara triste y ojos llorosos…
Lo abrazaron y le dijeron…
Se nos fué, se nos fué…….
Una extraña sensación recorrió todo su cuerpo
Y entró corriendo a la casa, entró a la recámara de su esposo…En ella se encontraba la mamá de su esposo… abrazada del cadáver de su hijo, el cual reflejaba en su rostro una profunda tristeza….
La joven con llanto y un nudo en la garganta… le preguntó a la Señora…-“¿Qué sucedió? ¿Dígame qué sucedió?
Dice el doctor que murió de tristeza… él dejó de comer… dejó de reír…. No sabemos si el desamor lo alejó de todo y de todos…
No sabemos si el sentimiento de culpa lo hizo infeliz…
¡Te ha dejado esta carta! le dijo….ella comenzó a leer… –“¿Sabes amor? Yo también sentí lo mismo que tú…. El aire empieza a faltarme, Intento gritar pero no puedo, Luces blancas iluminan mi recámara… me voy para siempre amor….
Gracias por haber ido al lago…
Gracias por estar aquí…
Aunque en vida no me pudiste perdonar… Sé que ahora lo harás frente a mí”.
Ella miró el cadáver… Y sólo dijo: -“Perdóname tú a mí”
En el amor, en la amistad… en la familia… no dejemos entrar sentimientos mezquinos en nuestro corazón, como lo son el rencor, el odio, el orgullo, la ira, etc. Aprendamos a perdonar y a pedir perdón. No dejemos que mañana sea demasiado tarde… Mírense a los ojos… y sientan lo bello que es “vivir y perdonar“
Autor: Por conocer