Publicado en Agricultura, Arboricultura, Ciencia y Tecnología, Conocimiento, Convocatorias y Oportunidades, Creatividad, Derechos, Ecología, Economía, Geografía, Observatorio, Países y Regiones, Sugerencias, VISIBILIDAD
La mayoría de los países tiene su organigrama de Poderes definido pero en algunos el alcance de las distintas instituciones u òrganos es ambiguo. Dentro del Poder Ejecutivo, inmediatamente después del Presidente están los Ministerios. Unos manejan el reparto de la torta (los ingresos ) además de que tienen que recoger y otros se suponen que ejecutan.
Hay Ministerios que comenzaron ejerciendo diferentes campos u actividades que las volvieron afines o compatibles por razones de manejo presupuestal o por X o Y motivo. Hay Ministerios uqe “aparecieron” o se abrieron paso porque su incidencia e importancia ya no se pudo ocultar más.
Uno de ellos es el Ministerio del Medio Ambiente. Es tal su trazabilidad que no hay actividad en la cual hoy no se tenga que tener en cuenta para la toma de decisiones que tengan que ver con la comunidad o vida social.
Pero los Ministeios del Medio Ambiente han tenido que “abrirse paso a troncas y a mochas” y su incidencia con respecto a lo que se refiere al futuro es francamente innocua. No pasan de pretender ser conservacionistas y de apegarse sólo al cumplimiento de una legislación para “que no se dañe más de lo que está dañado el ambiente”
“No basta pintar una paloma…hay que ponerle pico pá que coma”
Para que los Ministerios del Medio Ambiente se consideró conveniente proponer “recortar” de otros Ministerios algunas funciones . Entonces, surgió principalmente del Ministerio de Minas y Energía y que en muchos países en la práctica es un Ministerio de Hidrocarburos y quizá para ser más preciso Ministerio de Petróleo.
Los Ministerios como el Ministerio de Minas y Energía cedieron quizá en la entrega de funciones tales como aquellas que tienen relación con el cumplimiento de estándares, de reglas y reglamentos, mínimos y máximos, es decir, le adjudicaron un papel sólo de gendarme, de seguimiento y de celoso guardián de una legislación.
Con miras al Cambio Climático, es poco lo que las reglas de juego pueden permitir un Ministerio del Medio Ambiente pueda permitirse aportar más allá de “aparecer” sólo como talanquera o piedra en el zapato de un proyecto. Y es que en realidad el papel de contribuir a generar una cultura ambientalista a todo nivel es un gran desafío. Aún así, se estará quedando en la mitad del camino…
Decíamos que en especial Ministerios como el de Minas y Energías son en la práctica entidades encargadas sólo del negocio del Petróleo y son importantes porque a través del monopolio que ejercen los Estados sobre los combustibles, es que buscan mantener y perpetuar un tradicional sistema de generación de ingresos que contribuye en gran proporción. El Estado como sanguijuela se pegó de ahí y no hay poder (imaginación) humano gobernante que quiera mirar para otro lado.
Entonces, el poder de apoyar cualquier innovación con respecto a generación de energías alternativas diferentes al petróleo está lejos de ser compatible con el Ministerio de Minas y Energía. Pero eso sí, estos Ministerios dejaron para sí el poder de aprobarlas, es decir, como “caimán en boca de caño, se las tragan a través de “filtros” en donde las demoras y reglamentaciones perjudican la innovación y condiciones que quieran imponer empresas relacionadas con el petróleo. Es más, aunque coloquen profesionales especializados y tengan Secciones dedicadas a Energías, éstos funcionarios sólo les queda como alternativa dar una palmadita en el hombro al innovador y decirle que “espere sentado (viendo pasar los años para que le paren bola).
Pero en este artículo lo que nos importa son los Ministerios del Medio Ambiente. Y entonces surge las pregunta del millón: Aunque la paloma está pintada hace ya mucho rato, ¿cuándo se le va a pintar el pico pá que coma?
Hay que comenzar a recoger prerrogativas o poderes tales como la discreción de aprobar nuevas formas de generación de energía que tiene el Ministerio de Minas y Energía. Ese Ministerio ni siquiera puede con lo relacionado con la minería mucho menos le interesará el cambio y la innovación más allá de no aprobar o dilatar el cambio a una energía diferente a la generada por los hidrocarburos. Debe entonces el Ministerio del Medio Ambiente de tomar la iniciativa de asumir el liderazgo tanto para la energía eléctrica como la aplicada de una forma alternativa a la del petróleo y sus derivados en cuanto a la investigación, a la promoción y divulgación. Hay muchas formas de producir energía y el petróleo es sólo una de ellas.
Procrastinar tiene relación con dejar lo que hoy se tiene que hacer para cuando ya comience a ser demasiado tarde. Eso es lo que ha hecho el Ministerio de Minas y Energía y las razones (necesidades) “políticas” de cada gobierno o lo que le mandan, han perpetuado un peligroso satus quo convirtiendo la situación en una bomba de tiempo.
Se sabe que las reservas de petróleo que hoy sostienen ese status quo se vendrán abajo para la mayoría de países, pongamos unos 20 o 25 años, es decir, para dentro de muy pocas generaciones. Entonces, el precio del petróleo como energía entrará en una espiral alcista insostenible y, a ese corto plazo, sólo un puñado de países o empresas comercializadoras o pocas personas, serán los beneficiados financieramente. ¿Y los demás, qué?
Son los Ministerios de Medio Ambiente los responsables no sólo de que el Cambio Climático no pegue tan duro o los que traten de que lleguen sus efectos a ser asimilados o manejables sino también los encargados de contribuir a generar medios y formas de vida alternativos para las actuales y nuevas generaciones.
Los Ministerios de Ambiente deben asumir la administración de recursos destinados a la investigación y promoción de energías y nuevas formas de vida que promuevan el desarrollo sostenible. Los recursos para que ello sea posible ya están, diseminados e improductivos en la práctica pero si existen. Sólo que esos fondos se reparten, se prorratean, se distribuyen, se dispersan en diferentes “destinos” y asignaciones a priori que resultan innocuos. ¿Y cómo se jalona un gran peso como lo es la responsabilidad de llegar a un mejor futuro con fuerzas y recursos dispersos e imrpoductivos?
¿Para qué carajos se presume de poseer una de las Legislaciones más vanzadas del mundo en la materia si al final no se cumple con la misión?