Al nacer, para poder tener una vida independiente, el primer acto nuestro fue respirar. Y desde entonces, hemos mantenido la vida a través de ella. Pero la respiración es el Cimento celeste: Nos viene del cielo. Y al pasar por nuestro organismo, no solamente impregna todas las células sino además se informa de todos nuestros órganos y es en éstos, según la MTCh, donde se genera nuestra energía mental y emocional.
De esta forma, la espiración lleva información sobre nuestros pensamientos y nuestras emociones y van a ser recibidos e inhalados por otras personas cuando respiren el mismo aire por nosotros respirado. Esto, nos exige tener emociones y pensamientos puros para no contaminar el ambiente.
Además, a través de la respiración no solamente recibimos el oxígeno; tenemos acceso a la energía cósmica, proveniente del espacio exterior, de la fuente original. Pero si no nos hacemos conscientes de ella, perdemos la oportunidad de asimilarla.
Con estos elementos podemos notar que la respiración no es solamente la vía de tomar el oxígeno sino la posibilidad de recibir energía del Padre; a la vez, a través de ella podemos transmitir sentimientos. Por tanto, debemos aprender a respiraren forma consciente.
En los ejercicios de respiración debemos respirar en forma lenta, profunda y rítmica, con la espiración un poco más prolongada frente a la inspiración. Bastan cinco minutos al día, a cualquier hora, en cualquier sitio, pero con la conciencia plena de estar recibiendo la información, procedente de la Fuente Original, con destino a nuestro ser.
Hay muchas formas de hacer la respiración de manera adecuada para el propósito insinuado y en cualquier libro de artes orientales, se pueden encontrar. También, los terapeutas de Medicina alternativa se lo pueden informar. En MTCh es casi una obligación conocerlas.
DE: EFRAÍN LESMES CASTRO