Publicado en Derechos, La Meditación
La sociedad no se cambia por el ejemplo. La sociedad puede reformarse, pueden producirse ciertos cambios a través de una revolución política o económica, pero solo una persona religiosa puede producir una transformación fundamental en la sociedad; y la persona religiosa no es aquella que practica el ayuno como un ejemplo para impresionar a la sociedad. A la persona religiosa no le preocupa la sociedad de ninguna manera, porque la sociedad está basada en la adquisición, la envidia, la mezquindad, la ambición y el miedo. Así, la simple reforma del patrón de sociedad solo cambia la superficie, solo produce una forma de ambición más respetable. Sin embargo, la persona verdaderamente religiosa está totalmente fuera de la sociedad, porque no es ambiciosa, no tiene envidia, no sigue ningún ritual, dogma o creencia; y solo esa persona puede transformar fundamentalmente la sociedad, no el reformista. El hombre que procura ser un ejemplo no hace más que alimentar el conflicto, reforzar el miedo, y producir diversas formas de tiranía. Es muy extraño cómo alabamos a los que dan ejemplo, a los ídolos. No queremos aquello que es puro, verdadero en sí mismo; queremos intérpretes, ejemplos, maestros, gurús, como un medio a través del que podemos obtener algo, lo cual es un sinsentido y se utiliza para explotar a la gente . Si cada uno de nosotros pudiera pensar con claridad desde el mismo principio, o reeducarse a sí mismo a pensar claramente, entonces todos esos ejemplos, maestros, gurús y sistemas serían totalmente innecesarios; de hecho lo son.
Krishnamurti, J.
