Publicado en Correspondecia Recibida
Notas al margen
Por: José Neira Rey
1.-Como se han hecho anuncios oficiales por parte de las Cancillerías ,tanto de Colombia, como de Venezuela, que el próximo 16,se reiniciarán los contactos que se quedaron en suspenso hace tres meses, es, de esperar que los agentes y auxiliares de los dos gobiernos, en un acto reivindicativo, ejemplarizante y auténtico, incluyan en sus agendas y propósitos a cumplir, una real y visionaria perspectiva sobre lo que hay, lo que se necesita y lo que en términos priorizántes y urgentes, exige : definiciones, concreciones y dinamización de empeños, en torno a lo que piden y requieren-para su desarrollo- las zonas fronterizas y en especial, la más poblada y sobre la que confluyen factores de primer orden, para estructurar y fundamentar con estrategias bien cimentadas y ,acciones de futuro convergentes revitalizadoras políticas de Estado, que permitan generar el cambio, que desde 1821 visualizó el Libertador Simón Bolívar y que los océanos Atlántico y Pacifico proyectan, para que la Cuenca Marabina ,los Valles de El Zulia, Pamplonita y Peralonso, entre otros y la Orinoquia, de uno y otro lado de los límites, sin olvidar la Amazonia, por todo lo que significa para la humanidad, tengan por fin un escenario cierto, para analizar y proyectar su futuro.
2.- Y, lo destacamos sin temores, ni ambigüedades, porque es increíble que después de más de 200 años de la Batalla de Cúcuta y de todo lo que significó la Campaña Admirable, los límites patrios y las zonas o áreas de frontera, sigan siendo consideradas y tratadas como fajas territoriales de insignificancia, porque siguen sin representatividad y descentralización, así como en un pleno abandono de Incentivos, Estímulos y Mecanismos, que permitan aprovechar con certeza, optimismo, ponderación y superación, las ventajas comparativas que su estratégica ubicación geopolítica las determina, así como los recursos naturales y la mancomunidad de intereses, que no pueden quedarse en simples operaciones comerciales al detal o a la expectativa de generar empleos transitorios y sujetos a la informalidad, porque no hay gestiones que vayan al meollo de nuestra problemática y a la capacitación, innovación ,investigación y labor compartida, que permita un vivir menos dependiente , para romper la marginalidad y hacer de estos límites, una conjunción de tareas, planes, programas y proyectos de gigante envergadura y proyección.
3.-Seguir creyendo, que nos interesa seguir viendo- y sin provecho regional- el tránsito de camiones, carrotanques y gandólas, para servicios solo de los centros, sin que se entienda, el inmenso porvenir que hay entre nosotros – si fuéramos respaldados y apoyados en nuestros anhelos- es, igualmente, no comprender, ni evidenciar, que si Colombia y Venezuela obraran en conjunción de empeños, otra, sí muy otra, sería la perspectiva del Continente y la revitalización de América. Por eso, y porque es indispensable un re direccionamiento en la orientación y manejo del potencial y lo que representan las frontera, es válido esperar, una pronta y eficaz compenetración de entendimientos, para que estos nudos articulares del proceso de integración, tengan los apoyos y en especial las políticas de Estado, que hacen faltan, junto a los cuadros representativos y tecnificados, que puedan orientar, motivar y ejecutar, lo que es indispensable, para este giro hacia el porvenir. Si nada se hace, que nadie se queje, llore o espere un mejor futuro, porque seguiría en su apogeo la cultura del atajo y la dependencia de lo informal, en un asfixiante Y DOBLE CENTRALISMO.