Niños estudiantes que van a otro ritmo

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Publicado en Los Hijos, Sicología

“¿Su hijo siempre hace las tareas y estudia para los exámenes, pero no le va bien? ¿Olvida pronto lo que leyó? ¿Tiene problemas para concentrarse? Es posible que sea el candidato perfecto para tener una ayuda extra en las labores académicas.

Y no se trata de recurrir al vecino que estudia ingeniería o literatura para que llene los vacíos en matemáticas o lenguaje. La cuestión es identificar “estrategias adecuadas de aprendizaje que le permitan al estudiante maximizar su potencial -explica la educadora María del Pilar Castro de Porras-. No significa que no pueda aprender, lo que pasa es que lo hace de una forma diferente”.

Una estrategia puede ser enseñarles a los alumnos hábitos y técnicas de estudio (llevar una agenda para las tareas, estudiar caminando y leyendo en voz alta, hacer resúmenes con cuadros sinópticos resaltando en rojo lo importante). Otra, repetirles de nuevo apartes de las materias que no entienden porque les da pena preguntar en clase o su cerebro funciona de otra manera.

La clave del éxito

Algunos padres han entendido que esos refuerzos son necesarios porque está comprobado que todas las personas no aprenden al mismo ritmo y los maestros no pueden detenerse en cada alumno cuando tienen que enseñar a 30 ó 40; lo que no comprenden es por qué alguno colegios cobran esos refuerzos escolares. Al sumar, terminan pagando por lo menos la mitad de la pensión, pues cada hora de clase adicional vale entre 15 mil y 40 mil pesos.

“Me disgusta pagar por una ayuda extra porque, con esas pensiones tan caras, los colegios deberían ofrecerla gratis. Sin embargo, lo hago porque mi hija avanza y está contenta”, dice una madre que prefiere omitir su nombre.

Los colegios argumentan que los centros de aprendizaje, como se llama a los departamentos que ofrecen estos servicios, emplean material y personal especializado que no alcanzan a subvencionar con las pensiones.

Pero la hermana Blanca Castro, presidenta de la Confederación Nacional de Educación Católica (Conaced) dice: “Eso es un negocio porque cada colegio y docente debe responder por la calidad educativa que ofrece. Eso incluye detectar en qué están fallando los estudiantes e ingeniarse la manera de ayudarlos”.

A esta crítica, Castro de Porras, que es la directora del centro Óptimo de Aprendizaje del Karl C. Parrish, de Barranquilla, responde que “no hay que mirarlo como un gasto sino como una inversión. Se trabaja con personal calificado que da una atención individual y que por fuera podría ser más costosa”.

LOS SÍNTOMAS

Un estudiante que presente más de dos de las siguientes conductas puede requerir una ayuda extra:

• Problemas para concentrarse.

• No sigue instrucciones.

• No entiende los números.

• No tiene buena memoria o se le olvida lo que acaba de oír.

• Invierte u omite palabras.

• Es lento para el estudio.

• Tiene poco vocabulario.

• Se cansa rápido.

• Es desordenado con las tareas y trabajos.

• No tiene buena articulación.

• Tiene problemas para analizar y comprender.

Centros especializados en apoyo académico se están creando en los colegios y fuera de ellos para ayudar a los alumnos que no aprenden igual que los demás. El problema para algunos padres son los costos”.

 

 

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