No conviene enfurecernos por los errores de los demás

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Publicado en Armonía, AutoAyuda

Hay personas que nos pueden sacar de quicio…pero en realidad somos nosotros los que decidimos qué tanto poder sobre nosostros ejercen sus errores y omisiones,  respecto de su responsabilidad para con la empresa o nosotros.

Hay gente que en el hogar no colaboran en nada y en el trabajo menos. En ninguna parte tendrán “puesta la camiseta”. Ellos mismos se cierran las puertas de la amistad y las soluciones por su egoísmo.

Hay gente que con razón o no,  se resiste a trabajar en equipo cuando más se necesita. Tendrán sus razones ocultas o explícitas y tendrán esas razones su validez o no.

En cuanto a cada uno de nosotros es la respuesta que en el tiempo cuenta…

¿Qué saco yo con enfurecerme porque no me colaboran o no se colaboran así mismos aún cunado ellos no lo crean así?.

Nadie puede cambiar a nadie si esa persona no está dispuesta a cambiar. Entonces para qué me ofusco?

Si me “empiedro”  con alguien sé de antemano que el único que sale perdiendo por ese arrebato de dejarme llevar por las emociones (baja nota que tengo en ese momento en cuanto a inteligencia emocional), soy yo. Me descontrolo, pierdo de vista las soluciones porque pienso que si esa persona me dijo NO no podré encontrar ahora o después la solución. Me complico yo mismo la vida y es MUY PROBABLE QUE ME VUELVA AGRESIVO PORQUE LOS DEMÁS NO PUEDEN EN ESE MOMENTO CAMINAR AL MISMO RITMO MÍO.

Entonces,  la ansiedad me hace perder mucha energía emocional que necesitaré para atraer hacia mi armonía y el progreso que en realidad me conviene.

Puedes que no seas tan amable o te cueste decir un cumplido a los demás y es probable que te lo censuren pero,  el parecer agresivo si puede hacer que uno se quede solo con el tiempo. Es por ello que,  es mejor siempre estar en PAZ con todo el mundo incluyendo en esa lista tu enemigo, porque nunca se sabe…

Es mejor tener puertas abiertas que arrebatos de mal genio o salirse de la ropa cuando las cosas no marchan como debieran, porque nunca se sabe si los equivocados en ese momento somos nosotros.

Leí de un libro de Lomsang Rampa lo siguiente:

Por el bosque caminaba un sabio que de improviso fue asaltado por un ladrón que le quitó sus pertenencias. El ladrón una vez cometida la fechoría permitió que el sabio siguiera su camino. Al amanecer del otro día, el ladrón dormía en su guarida cuando al despertar vío sentado al sabio frente a él. Al sobresaltarse el ladrón fue apaciguado por el sabio quien sólo le dijo:”sólo esperé que despertaras para decirte que se le olvidó llevarse la capa y vine a entregársela. Ese ladrón con el tiempo se transformó en uno de los mejores discípulos de aquel sabio…

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