No limites las posibilidades

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Publicado en Administración, Armonía, AutoAyuda, Dinero, Economía, La Meditación, Medicina, Prosperidad, Salud, Trabajo / Empleos

En alguna ocasión pasé a saludar a un amigo y le en­contré furibundo y desesperado porque le iban a quitar la ca­sa si no pagaba una hipoteca la cual vencería en unas cuan­tas semanas adelante.

Le hice un apunte definiendo exactamente el problema: pagar la hipoteca, no conseguir dinero. Como respuesta, se enfureció conmigo. Traté de explicarle el inconveniente de poner una condición excluyente -conseguir un dinero sin dar posibilidad a otra (u otras) solución (es)-; eso sería más bien un obstáculo para avanzar en la erradicación de la situa­ción.

Las cosas quedaron de ese tamaño y no volvimos a ha­blar hasta unas semanas después cuando me solicitó servirle de fiador ante una corporación donde le prestarían el dine­ro para pagar la hipoteca. A él y a su esposa íes anticiparían unos pagos, les adelantarían las primas legales y con todo ello podían abrir una cuenta en una corporación para 24 ho­ras más tarde tener el dinero.

Accedí a su pedido y cuando nos despedimos, después de ir a firmar los documentos, le hice caer en cuenta: La hi­poteca la había pagado con FIRMAS, no con dinero. En ese momento no tenían dinero -la condición limitante-; lo que le prestaron era de la institución y debía devolverse en un tiem­po acordado.

Por la premura del tiempo, no había chance de cambiar el cheque ni se podía tomar el riesgo de llevar una cantidad de dinero grande ene! bolsillo, razón por la cual, al recibir el cheque de la corporación, fue a cancelar la hipoteca.

Cuando medito sobre esta enseñanza recibida del amigo y observo el proceder de la gente, claramente se ve como todos nos pasamos la vida limitando nuestras posibilidades por aferramos obsesivamente a una única solución plan­teada desde el comienzo, sin llegara cambiarla por nada del mundo.

-En el caso del amigo, pudo cancelar la hipoteca a través de otros mecanismos: tenían otras propiedades suscep­tibles de ceder en dación de pago o venderlas como último recurso; podían comprometer sus ingresos laborales en un préstamo de la compañía para la cual trabajaban; pudieron acceder a cualquier cosa para reemplazar el dinero efectivo buscado como meta única a conseguir-.

Nuestra terquedad nos impide aceptar otra salida, de pronto más fácil y sencilla, diferente a la inicialmente pro­puesta. A lo largo de los años, y según lo aprendemos de los pacientes cuando nos confían sus angustias, casi siempre la situación se resuelve más rápidamente de una forma dife­rente a la inicialmente planteada. ¡Cómo sería la vida de fácil si alguna vez nos atreviéramos a darle oportunidad a otras realidades negadas o rechazadas por nuestra terquedad!

La vía definida, ¿es realmente la única solución para re­solver nuestros problemas? Tal vez con un poco de medita­ción -léase oración- podemos ver todo el panorama y optar por otras posibilidades.

¿Y la salud? Muchas personas se conformaron con la orientación del primer terapeuta y llevan años con un trata­miento que mantiene pero no resuelve. Los únicos cambios que se han dado han sido para aumentar las dosis o formular fármacos más potentes ¿Será que su interior nunca les ha sugerido contemplar otra opción?

EFRAÍN LESMES CASTRO

Comentarios (1)

Muy bueno el análisis!

Slds

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