Publicado en Oraciones
“Padre del cielo, te doy gracias por tu infinita bondad,
porque desde el mismo momento en que salía de tus manos creadoras,
me confiaste a un ángel para que “me iluminara, me guiara y me protegiera”.
Te doy gracias también a ti, ángel de mi guarda, por tu cotidiana compañía en mi peregrinación hacia el Padre.
Tus inspiraciones, tu protección continua contra los peligros espirituales y corporales,
y tu oración ante el Señor, son para mí motivo de consuelo y de segura esperanza”.