“Son un elemento fundamental para la belleza, que la mujer nunca debe dejar de emplear, es el complemento ideal de un buen vestuario y del maquillaje.
Este sistema de aromatización artificial de nuestra piel existe desde los comienzos de la humanidad.
Ya Cleopatra, era famosa por su exquisito gusto por las esencias exóticas y escasas; y su proceso de fabricación a lo largo de los siglos ha hecho que aparezcan perfumes con aromas que van desde los más naturales hasta los completamente artificiales.
Al igual que la ropa y el maquillaje, la mujer debe escoger su perfume, según su personalidad, actividad, clima en el que vive y principalmente según sus gustos. Así, puede elegir entre una inmensa variedad de aromas que se dividen fundamentalmente en ocho categorías: florales, mezclas de flores, maderas orientales, especias, cítricos, herbarios y sintéticos.”