Cuando quiera iniciar una discusión piénselo dos veces.
Si sew convenció de que es necesario aclarar algo o poner los puntos sobre las íes y expresar cuánto se siente mal por tal o cual situación..ni modo. ¡Hágalo!
Pero, ¿pensó el escenario y momento más propicio en donde se va a desarrollar ese reclamo o díálogo?
He aquí entonces unas sencillas recomendaciones:
a) Antes de una hora de comida no es un momento propicio. La gente suele estar más propensa al mal genio o a la intolerancia.
b) Ni el comedor ni en la alcoba son escenarios apropiados para una discusión.
c) Antes de comenzar, aegúrese de que hay tiempo suficiente para iniociar y llegar a un acuerdo. Tampoco hay que ser inoportuno ni reiterativo porque se puede dar la impresión de que lo que se está montando es una “cantaleta” al verse obligado a ser reiterativo en cualquier lugar que se coincida.
Muchas veces la discusión se monta sobre la base de quién es el que tiene la razón sin averiguar primero las razones que motivaron tal o cuál acción o reacción. Otras pueden estar creadas para evitar que la otra persona “se les salga del guacal” o para manipular haciéndose la víctima o para llamar la atención. Precise la causa. No se trata de ganar una pelea más. Se trata de encontrar la mejor solución posible.
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