Por derecho propio y adquirido

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Publicado en AutoAyuda

Cuando
una persona está al día en sus compromisos y deberes queda perfectamente
habilitada para que las puertas que por su propia voluntad abrió le sigan
abiertas. ¿Pero cuáles puertas le quedan abiertas? Es muy fácil encontrarle
respuesta a ese interrogante.

Las puertas que le quedan siempre abiertas tienen relación con la naturaleza del
compromiso o deber cumplido, por ejemplo, si está al día con los servicios
éstos no le serán suspendidos, si cumple con su deber en el trabajo y lo hace
con responsabilidad y entusiasmo preocupándose por hacerlo cada día mejor cabe
esperar que su entrega se le está teniendo en cuenta por las leyes espirituales
así le parezca que nadie nota su entrega y dedicación, si es buen amigo, buen
hermano, buen padre, buen ciudadano, etc., lo que cabe que se va a cosechar a
corto, mediano o largo plazo es equivalente a lo que ha sembrado. Así de fácil es:
al final tendrá su justa recompensa,  así
parezca que sólo hay sinsabores y decepciones “en este valle de lágrimas”. Es probable que los remezones del camino (pruebas de fortaleza de ánimo y de buena
actitud), sean interpretados por la misma persona en una forma reactiva bien
sea porque le parezca difícil lo que deba hacer y le quede más fácil la “quejadera” lastimera y que el  esfuerzo adicional se
le torne “extraordinario” pero, lo que en verdad está ignorando es que el
camino al triunfo está empedrado de pequeños pero significativos actos en donde
la voluntad y la perseverancia,  hacen la diferencia entre actitudes pusilánimes y actitudes de saber que sí podemos serunos auténticos GANADORES,  porque sí
somos eso: ¡GANADORES!

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