Publicado en Oraciones
Estimado Enfermo:
Motivan estas líneas el que hoy estamos celebrando el día mundial de oración por ti. Nuestra oración, hoy, la ponemos en las manos de María, Virgen de Lourdes, para que llegue a Dios, nuestro Padre.
Sobradamente sé que tu lucha no es fácil. Sobradamente sé que tu lucha no se resuelve de un día para otro. Luchas con lo que eres ante una enfermedad que afecta parte de ti mismo. Luchas contra tu enfermedad con todas las ayudas que pueden estar a tu alcance. Es una lucha nada sencilla puesto que todas tus ganas simplemente ayudan. En oportunidades esa lucha se vuelve desalentadora ya que no logras ver progresos sino que la luz de tu esperanza se va haciendo más y más débil.
Luchas y te desanimas. Luchas y te cansas. ¡Qué hermoso sería poder afirmar que el fin de la lucha siempre será el triunfo! Nadie en su sano juicio puede asegurar tal cosa. Lo único verdaderamente cierto es que tu lucha debe estar plena de sentido.
Tu lucha te permite unirte, de manera muy intensa, a esos muchos que también hoy luchan. Luchan por un mundo más justo. Luchan por un mundo donde nadie se sepa excluido. Luchan por un mundo más humano y más fraterno. Luchan y se desaniman. Luchan y se cansan. Son iguales a vos.
Ellos utilizan realidades ajenas a ellos para lograr esa transformación. Tú debes utilizar esa realidad que está en vos. Haz oración tu lucha. Vívela con amor y coraje. Vívela como ofrenda por todos esos que luchan contra tantas realidades para revertirlas.
Confíate a María y ella te ayudará a hacer de tu lucha una realidad que te dignifique. Confíate a María y ella te ayudará a que tu lucha no se quede en vos. Ponle a tu enfermedad la dignidad de hacerla razón de los demás. Ponle a tu lucha de cada momento la dignidad de hacerla identidad con tantos.
No pidas lo fácil de un milagro que muchas veces no se concreta. No pidas se cambie, en vos, el designio de Dios. Pide la fuerza para una lucha digna. Pide el coraje para no bajar los brazos. Pide el tesón para que el desánimo no te invada. Pide la generosidad para pensar en los demás. No te quejes por tu suerte ni te abandones a ella. Lucha con esa sonrisa que solamente poseen quienes se descubren siendo útiles. Lucha con ese desinterés de quienes se saben realizándose porque brindándose a los demás.
No tengas miedo de las caídas. Son parte de nuestra realidad y el Padre Dios nos comprende y acepta tal como somos. No te limites a ser solamente una persona con un quebranto de salud. Hacer tal cosa es ayudar a ser un poco más enfermos porque encerrados en nosotros mismos. Haz de tu lucha la razón de una historia más llena de Dios.
Confíate a María. Con ella de la mano lo lograrás. Te sentirás bien porque te descubrirás pleno de seres que esperan tu lucha fiel. Te sentirás útil porque te descubrirás haciendo, desinteresadamente, mucho por los demás. Te sentirás realizado porque aportando para un mundo mejor. Dios no quiere tu enfermedad sino que espera tu lucha realizadora y generosa.
Confíate a María y experimentarás la reconfortante sanidad de saberte persona útil. Confíate a María y sentirás la fuerza necesaria como para hacer que tu lucha sea valedera desde tu enfermedad. Confíate a María y te sabrás viviendo el milagro de Dios que, pese a nuestra fragilidades, nos hace valiosos.
Padre Martín Ponce de León SDB