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Fuí beneficiario del crédito de Icetex para estudios de pregrado en la UN hace mucho tiempo, comodir ía mi nona: ¡Auuuuuuuuuu!

Tardaba en llegar el giro a inicio de cada semestre como tres meses después de lo pactado pero, llegaba.
En ese tiempo, ni se me ocurría preguntar porqué se tardaba tanto pero después de que estudie matemáticas finacieras en el quinto semestre supe porqué y cómo era la cosa.

Puedo decir que a mi el Icetex de esa época me ayudó: me prestaba para la matrícula que en aquel entonces era de $60 el semestre, $900 para sostenimiento mensual (desayuno, almuerzo y comida) y para libroshabía otro rubro. Mi papá era el codeudor, no tenía “Aval” alguno ni con qué responder pero él sabía que “iba a la fija conmigo” (orgullo de padre al fin y al cabo). El trasfondo era: “tenía ganas de aprender y de servir pá algo” eso era suficiente.

Lo cierto fué que al terminar la carrera y después de seis meses, comencé a pagar en cómodas cuotas mensuales el crédito educativo. No recuerdo si el interés que pagué era simple o compuesto pero, lo cierto es no me percaté cuando pagué la deuda contraída y no afectó tanto mi tranquilidad financiera.
Reonozco que a mi el Icetex me ayudó en parte así fuera que cuando llegase los tres meses acumulados en un solo giro, desaparecería ese monto también en un sólo día porque era para pagar o apagar “culebras”.

Hoy estuve mirando la web del Icetex por encimita como se dice y me dí cuenta que “esa web es puro visa-je” como diría mi hijo.
Me llamó la atención que el “sistema” montado en el Icetex se parece al película “Matrix” pues tiene tanto mostrario inocuo que noté que le faltó la “mujer vestida de rojo”. Hay infinidad de créditos. Pero…

Veo que “es una paloma que no tiene “pico p´a que coma” Intuyo que pueden mostrar estadísticas descrestantes pero no es para tanto comparado para el apoyo real del estudiante. No lo creo. “”Una cosa es grande comparada con qué y pequeña comparada con qué. Esa es la medida aplicar.

Ofrece créditos los cuales hay que ir abonando mensualmente cuando el estudiante no ha comenzado a producir y en realidad es una carga hasta para él mismo.

Cuando dan el 60% del valor de la matrícula en la mañana, es como si estuvieran exigiendo el retorno con intereses al acostarse el cliente financiero, es decir, el estudiante. Con razón los bancos también entraron al negocio…

Los créditos para poregrados son irrisorios y risorios. En su alcance, realmente son algo así como llenar el tanque de gasolina de un avión sólo para que se caiga en la mitad del trayecto porque hace caso omiso de tratar el asunto de manera sistémica. Imagino que lo mismo pasa con el postgrado.

No me parece una genial idea el prestar “chichiguas” que comparadas con los costos reales que un estudiante de estrato 2 o 3 o 4 que quiera salir adelante por sus propios medios tenga soportar, lo cual lo hace en la práctica de estrato 1 porque siempre tendrá que elegir y escoger que “por ahora no conviene morirse de hambre” y tenga que decirse mentiras al dejar eso para más adelante…

Está en demasía presente en una institución dedicada al fomento de la institución la expresión de los recursos destinados a la educación cuando al definirse ese supuesto fomento se le dice que “es un instrumento financiero” primero que todo. ¡Obvio! Me imagino la respuesta: “es que ese reembolso con utilidades sirve para finaciar a otros estudiantes. ¡Pura falacia! ¿Cuántos estudiantes que inician la primaria por estrato terminan un pregrado? Tampoco un estudiante brillante con el Icetex tiene futuro. ¡Puro cuento!

En realidad pienso que lo que mucho abarca poco aprieta. Las cosas se hacen a medias y así se seguirán siendo ni a medias.

Pienso que el Icete$ si es una meramente financiero. sólo eso, si sigue así. Y si en realidad esa es su misión lo respeto y están en su derecho. Pero, lo que si está en su deber es el Estado que debe ocuparse de fundar un auténtico ente que haga del crédito y las aydas internacionales un verdadera verdadera herramienta de aopyo al futuro de Colombia como es su factor humano.

Lo anterior me hace recordar el cuento aquel en donde el niño le dice a la mamá pidiéndole permiso:

-Mamá, ¿me dejar a bañarme en la piscina?

Y la mamá diligentemente le contesta en voz alta:

-¡Sí mijo pero no se moje!