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“La Organización Mundial de la Salud ha indicado que los aparatos electrónicos en general (no sólo los móviles) son malos para el organismo y pueden aumentar las posibilidades de padecer cáncer. Tienen a su vez efectos tóxicos, que si bien muchos científicos no reconocen, lo que si hay que saber es que los teléfonos se basan enradiaciones ionizantes y longitudes de onda. Una investigación en Australia demostró que hay una relación importante entre el uso de los smartphones y la esterilidad en los hombres, así como también una reducción de la calidad del esperma. Y en ambos sexos, un aumento de los cuadros de estrés.
Más allá de tener el reloj despertador colocado en el móvil, es preciso apagarlodurante la noche. Porque por más de que no lo estemos usando, igualmente utilizaradiobases o radiofrecuencias. Esto quiere decir que los teléfonos están continuamente radiando ondas electromagnéticas a su entorno, no sólo cuando se está utilizando. Y colocarlo cerca de la cabeza al dormir, nos está “contagiando” de esas ondas que no nos hacen bien.
¿Cómo y dónde dejar el móvil al dormir?
Hay dos maneras: la primera es apagarlo y dejarlo en el lugar de siempre (en la mesilla de noche), siempre teniendo en cuenta que el despertador esté programado igualmente. La segunda es dejarlo encendido pero dejándolo en una habitación lejana, como puede ser la cocina o la sala. Esta alternativa es menos recomendable.
Y si no te sientes a gusto apagando el móvil por las dudas de que quieran comunicarse contigo en la madrugada ante una emergencia, puedes al menos apagar la conexión a Internet o el WiFi, que es más peligroso que las radiofrecuencias por dejarlo encendido. Los expertos indican que por lo menos el móvil debe estar a un metro de nuestro cuerpo mientras dormimos. Lo podemos dejar, por ejemplo, encima del sofá o de una silla.
Otra cuestión a tener en cuenta, y que muchos hacen, es que no se puede dejar el móvil cargando durante la noche, mientras lo disponemos debajo de la almohada. Son muchos los casos de personas que se han quemado el rostro o las manos por una sobrecarga y posterior incendio de sus dispositivos. Las almohadas están fabricadas con un material que entra en combustión muy rápidamente y esto nos pone en peligro mientras dormimos que no somos conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor.
Uno de los riesgos también relacionados a dejar el móvil en la mesita de noche es que aumenta nuestros niveles de ansiedad, estamos vigilantes y expectantes de lo que ocurre a cada rato, nos despertamos en medio de la noche para chequear el correo o las redes sociales cada vez que nos llega una notificación, etc. Es un cambio en la conducta y en los hábitos que a la larga, trae como consecuencia estrés, insomnio, falta de concentración, problemas cognitivos, carencia de productividad, irascibilidad, pesadillas, dolores de cabeza, etc.
De esta manera, estaremos evitando desequilibrios en el plano neuronal, en la calidad del sueño y en los niveles del estrés. Todavía no están del todo claros los resultados de los estudios al respecto, aunque lo que tenemos a disposición nos hace poner la voz de alarma.”