Publicado en Correspondecia Recibida, VISIBILIDAD
Tocar no es entrar pero la peor diligencia es la que no se hace.
En la búsqueda de la paz en Colombia y después de 50 años de estar insistiendo en lo mismo, la violencia está requeteprobada que no es ni el camino, ni la meta…sólo la nada y la desolación.
Muchas de las exigencias pueden que parezcan para cualquiera de las partes prtextospara continuarla y se notará más cuando en realidad lo que se busque son utopías ya probadas que de ahí no pasan. Cuando las partes decidan que su verdad muy particular es la única y la negociación tenga precio irreconciliable no habrá paz. Si no hay paz en los corazones no habrá buenos negociadores.
Colombia ha perdido mucho. Es un hecho que otros han seguido ganando y han pescado todos estos años en río revuelto.
La mayoría queremos la paz. Nadie debe tapar ese cielo con las manos bajo cualquier pretexto.
Un pensamiento de paz cada día debemos tener los colombianos.
Hay que jalar para un solo lado, el de la PAZ,para que los espíritus armados de parte y parte, se dobleguen ante la voluntad de la gran mayoría. Aquí no habrá derrotados porque TODOS seríamos ganadores.
Es posible que algunos se sienten en la mesa cruzando los dedos por detrás. Cabe esperar eso en los espíritus guerreristas por no decir hipócritas. Pero, ciertamente la fé hace milagros. Hay que pedir porque ellos pongan la voluntad de Dios por encima de la propia que es egoísta y vana.
Es cierto que hay mucho por hacer en un país en donde la corrupción y cierta clase de dirigentes deja mucho que desear, sin embargo, tras 50 años hay que convencernos que pudiéramos haber avanzado mucho dentro de la institucionalidad.