Cuidado con ciertos pretendientes

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Publicado en Correspondecia Recibida, Mujer

“Los hombres no tienen la señal de peligro en la frente, pero si se te acerca uno de éstos, da media vuelta ¡y corre!

Ya sea por instinto, por programación o de tanto ver televisión, casi todas las mujeres solteras sienten que, por muy llena de cosas fascinantes que esté su vida, todo el mundo espera que, en algún momento… encuentren a un hombre. Esta búsqueda las obsesiona, las aterroriza, y las empuja a flirtear con el primer extraño que se encuentren en la carnicería del supermercado.

Es también uno de los motivos de que The Rules (Las reglas) se convirtiera en un éxito de librería en los Estados Unidos. Este libro te dice básicamente, paso a paso, lo que tienes que hacer para atrapar a un hombre y casarte con él a cualquier costo. Lo que me preocupa es que en ningún sitio de The Rules se les dice a las mujeres cómo identificar al tipo de hombre que deben atraer a su trampa.

Eso me ha animado a echarme sobre los hombros la tarea de añadir una anotación muy necesaria a esta biblia atrapahombres: no te transes por cualquiera. Aprende a discriminar, a descartar lo que no sirve, y como primer paso, guíate por esta Lista de los malos de Julie Brown:

El anticompromiso. Estos tipos le tienen fobia al compromiso serio, y quieren ser niños toda la vida. Es frecuente que tengan juguetes en sus apartamentos, como juegos de video, carros con control remoto… hasta otra novia. ¿Una broma? No. Esa es precisamente la razón de que le tengan miedo al matrimonio. En algún lugar, tal vez en las profundidades de sus fantasías más secretas o absurdas, hay siempre otra mujer. No importa que tu amigo sea un tenedor de libros regordete, pudiera muy bien estar reservándose para una futura cita con Elle Macpherson. Su idea: “Cuando ella se canse de esos apuestos donjuanes que la asedian, vendrá a mí de rodillas”.

El sexualmente sospechoso. Este es fácil de detectar. Cualquier hombre que puede identificar el color taupe (gris pardo) es sexualmente sospechoso. Estos hombres deben evitarse, porque aunque son verdaderamente divertidos para salir de compras con -ellos, tú sabes de sobra que se necesita algo más que una salida a las tiendas para poner una sonrisa en tus labios. Y si de todos modos te lanzaras a casarte con uno, puede que seas una novia radiante camino al altar… pero a lo mejor él pudiera estar más interesado en el padrino de bodas. Es una pena, porque estos tipos son estupendos. Saben lo que son los chalotes, odian las películas de Steven Seagal y tienen la mejor opinión del último libro de Madonna. De manera que, por difícil que te resulte, evita salir con un sexualmente sospechoso.

El casado. Salir con un casado es una locura. Posiblemente sea una maravilla en el departamento sexual, pero nunca vas a lograr lo esencial en una relación: compañía garantizada. ¿Con quién pasa las fiestas más importantes del año? Adivina con quién va a estar en Navidad, Año Nuevo, el día de San Valentín, su cumpleaños… No contigo, por supuesto. Tal vez te vea el día del árbol, o en otras fiestas de menor importancia, y hasta puede que te haga un regalito (pero pídele a Dios que no sea algo “reciclado” del clóset de su mujer).

El Niño de Mamá. Es cierto que los hombres normales quieren a sus madres, pero no se las llevan cuando se van de vacaciones, ni se mudan en el cuarto desocupado que ellas tienen en su casa. Y, pensándolo bien, ¿te gustaría tener que guiarte por la receta de otra para la pulpeta de carne, y peor todavía, tener que hacer tú la pulpeta? Sin contar con que el Niño de Mamá querrá que te vistas como ella. Así que si te regala un blusón estampado estilo hawaiano y unos zapatos de goma… ¡mala noticia!

El adicto. Nunca es divertido, cualquiera que sea su adicción (televisión, cocaína, Internet…). Ni la pobre Pamela Anderson Lee pudo controlar al borrachín de Tommy. Y piénsalo, si después de gastarse miles de dólares en cirugías estéticas para tener la figura tan perfecta de la muñeca Barbie, Pam todavía no puede ponerle freno a su hombre, ¿qué posibilidades tiene una mujer promedio de talla 10 y en plena guerra contra la celulitis?

El controlador. Es una verdadera pesadilla. Para complacerlo, tienes que estar a tiempo en todas partes, lucir impecable y poner siempre cara de felicidad. El controlador quiere que seas una mezcla de conejita de Playboy y ama de casa. Señales de alerta: los controladores se comunican con fax, tienen asistentes personales y se mueven en aviones de la compañía donde trabajan. Si vas a casarte con uno, te hará firmar un acuerdo prenupcial, y encima, esperará que te veas siempre perfecta y que le des sexo gratis. ¿Por qué perder el tiempo con él cuando puedes irte a correr por ahí despeinada, con ropa de hacer ejercicios, y acostarte con un camarero despampanante? El controlador no vale la pena.

El mujeriego. Puede hacerte sentir la criatura más idolatrada del mundo… por un tiempo. Después te destrozará el corazón, porque para estos hombres, lo importante no es la calidad, sino la cantidad. Aunque luzcas fabulosa desnuda, es capaz de engañarte con cualquier mujer que nunca se ha preocupado de hacer ejercicios para aplanar el estómago. Señales de alarma: cuando están en la cama, te llama por un nombre que no es el tuyo, o encuentras la ropa de otra mujer en su casa. Sin embargo, si la ropa tiene fruncidos y encajes, pudiera tratarse de un sexualmente sospechoso. En cualquier caso, mantente alerta.

El tacaño. En esta época de barbarie, cuando las mujeres a veces piensan  que es su deber pagar la comida en el restaurante, el tacaño no es fácil de detectar. En ese momento tenso, cuando llega la cuenta y tú dices tímidamente “Déjame pagar”, la mayoría de hombres al menos hace un gesto de protesta. Si él jamás se mueve, o si siempre propone que cada uno pague lo suyo, tienes en tus manos un tacaño. Yo una vez salí con uno que (lo ”juro por lo más sagrado) me regaló por mi cumpleaños un cupón que decía “Dos depilaciones con cera en la línea del bikini por el precio de una”, y me dejó confundida. ¿Se suponía que yo fuera a depilarme dos veces?, ¿que fuera con una amiga?, ¿o que lo llevara a él para que lo depilaran de paso? De cualquier modo, no me pareció el regalo de un hombre enamorado. ¿Te imaginas a Matt Dillon regalándole a Cameron Diaz una depilación de cera con descuento? Le di calabazas sin pensarlo más.

El idiota con músculos. Concedido. Escoger a un hombre porque sea guapo y tenga buena musculatura parece una idea brillante después de que te has hartado de los inteligentes controladores, que prometen llamarte y no te llaman. Te dices: “Voy a simplificar las cosas. Me transo por un hombre cualquiera que tenga trabajo, coma carne y le guste el sexo”. ¿El problema? Pues que no funciona. Bueno, a veces sí funciona, pero desgraciadamente, las mujeres no somos como los hombres. A nosotras nos encanta la sutileza. Si el hombre con el que sales piensa, por ejemplo, que aromatoterapia significa “acordarse de ponerse desodorante”, la relación probablemente no llegue lejos.

El perfeccionista perverso. Este tipo de hombre es una tortura china, porque una vez que ha llegado al agotamiento en su búsqueda de la autoperfección, la toma contigo. Tu pelo, tu peso, tus ropas, tus amistades, tus gustos… Pero su comportamiento consigo mismo es casi peor. Una vez estuve saliendo con un hombre que se sentía muy molesto por su calva. A mí no me importaba ni mucho ni poco, pero él estaba tan obsesionado que se compró un peluquín para ocultarla. Tampoco eso me molestaba. El problema es que el peluquín no era de la mejor calidad y, cuando se lo ponía, la cabeza le sudaba. Por desgracia, se lo puso para ir a una fiesta, y la mascota de la anfitriona, un perro rottweiler, confundió el peluquín con una rottweiler, y se le acercó a la cabeza con evidentes intenciones amorosas. Al final, me encontré a mí misma sosteniendo su mano en la sala de emergencias de un hospital, mientras el médico hacía burlas sobre el “accidente”. Comprendí entonces que la búsqueda por la perfección de ese hombre me envolvía también a mí, y me dije que la vida era demasiado corta.

Así que te deseo buena suerte en tu cacería. Pero la próxima vez que un tipo con peluquín se te acerque en la carnicería del supermercado y te diga: “Me encanta ese bolso taupe, ¡mami tiene uno idéntico!… Por cierto, ¿quieres hacerte una depilación con cera?”, ¡échate a correr!”

Comentarios (3)

me gusto, :)

jajajajaja está muy bueno lo que dice! ojalá tenga suerte en la cacería jajajaja

Jajajajajajajajajaja Muerta de la risa, muy buena, de verdad jajaja

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