Chucho Bejarano

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Publicado en Economía

Debate CID demostró que legado de Jesús Antonio Bejarano está vigente en la U. Nacional y el país

El Debate CID  Pensamiento y legado de Jesús Antonio Bejarano, que se llevó a cabo el pasado 29 de septiembre en el edificio 310 de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) y en el que la Universidad Nacional de Colombia presentó la publicación de la obra de este destacado economista, probó que las tesis planteadas en su prolija producción bibliográfica no terminaron con su muerte, sino que constituyen una fuente inagotable de propuestas que vale la pena consultar hoy para avanzar en la solución de los graves problemas que aquejan a la sociedad colombiana.

El decano de la FCE, profesor Jorge Iván Bula, dio la bienvenida a los asistentes al Debate CID con un discurso en el que recordó las discusiones académicas que Bejarano promovía en la cafetería de la Facultad. Para Bula, eso era lo más cercano a lo que debieron ser las tertulias atenienses que congregaban a maestros y alumnos. De hecho, varios de los discípulos de Bejarano, que ahora son profesores, lo recuerdan en la cafetería, a donde podían llegar a aprender incluso más que en una clase magistral.

Bula resaltó algunos rasgos que conoció de Chucho, como afectuosamente le decían a Bejarano: la permanente disposición para escuchar a sus alumnos y sostener con ellos profundos debates, su capacidad crítica, su agudo pensamiento, su argumentación académica y su oposición a los dogmas eran las manifestaciones más sobresalientes de su carácter.

Por su parte, el director del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID), profesor Jorge Armando Rodríguez, recordó que Bejarano nació en El Salado (Tolima), en 1946; estudió economía en la Universidad Nacional, realizó una maestría en Desarrollo Económico en la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) y también fue profesor de la FCE entre los años 1976 y 1999.

Rodríguez evocó que en ese mismo auditorio donde se presentó la obra de Bejarano, él dictaba su clase sobre el economista clásico inglés David Ricardo. Además, señaló el profundo interés de Bejarano por promover el debate académico participando en diversas discusiones de relevancia pedagógica, como las relacionadas con el uso de textos en clase, la consulta de las fuentes de los artículos escritos y el papel de las matemáticas y los modelos en los estudios de economía.

Bejarano: la crítica como método

Sobre la obra en sí misma de Bejarano, la primera en tomar la palabra fue la investigadora asociada a Fedesarrollo Astrid Martínez, que narró las peripecias del proyecto de publicación, desde el año 2000 hasta su feliz culminación en 2011. Recordó que la iniciativa la tuvieron la entonces decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, Consuelo Corredor, el decano de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia, Mauricio Pérez, y la vicerrectora de la Universidad del Rosario, María del Rosario Guerra.

Contó que después de algunas dificultades el proyecto fue retomado con la coordinación de Luz Stella Parrado y los aportes de Beethoven Herrera, Humberto Vergara y María del Rosario Guerra. Finalmente, se llegó a la publicación de los siete tomos entregados en el acto conmemorativo. Después, la profesora Martínez hizo una presentación panorámica de la obra de Bejarano, que, según ella, está caracterizada por el ejercicio de la crítica como método, la polémica como estrategia de comunicación y la preocupación permanente por los problemas colombianos.

En cuanto a la producción bibliográfica de Bejarano, la panelista hizo un recuento de las publicaciones más importantes en cada tema: de sus estudios sobre economía colombiana y coyuntura económica, sobresalen dos textos: La economía colombiana en la década de los 70’ y Ensayos de interpretación de la economía colombiana’. En el primero, el autor afirma que Colombia dejó de ser un país subdesarrollado. Ahora los problemas no son los de un país subdesarrollado, los problemas son otros, los de un país capitalista, dinámico, de concentración de la propiedad, de concentración del poder económico, de la creación de los conglomerados económicos”. En el segundo califica de excesiva la intervención del Estado en la economía colombiana en ese período.

La profesora Martínez señaló que en la década de los ochenta Bejarano acogió otras perspectivas teóricas y escribió sobre historiografía y el problema agrario. De esta época, resaltó Historiografía de la violencia en Colombia, Economía y poder: la SAC y el desarrollo agropecuario colombiano, Historia de las ciencias agropecuarias en Colombia y Nuevos desarrollos de la teoría económica.

Con respecto a estos trabajos se destaca que para el autor lo más importante no es la generación de nuevos empleos agrarios, sino la calidad de los existentes y su remuneración. También piensa que la mejor política de empleo rural es la que incrementa el empleo y la demanda de alimentos en la ciudad.

Martínez continuó su intervención señalando los esfuerzos de Bejarano en el estudio de los fundamentos y limitaciones de la corriente principal de la teoría económica. De allí se destacan el artículo académico Cinco puntos críticos en la teoría neoclásica de los precios y el texto Teoría de las estructuras del mercado, en los que demuestra su enorme conocimiento de los términos del debate internacional sobre las contribuciones de la teoría neoclásica.

En el gobierno de Virgilio Barco (1986-1990), Bejarano se vinculó a la gestión de la paz y en la administración de César Gaviria fue Consejero de Paz. De esta experiencia como funcionario surgió una reflexión que sintetizó en su Agenda para la paz en 1995, escrita mientras permaneció fuera del país como embajador en El Salvador y Guatemala.

En la parte final de su intervención, Martínez habló sobre los últimos años de Bejarano, que en 1995 retomó su trabajo docente en la FCE y realizó varias publicaciones, entre ellas, Corrupción y escándalos políticos, Algunas proposiciones sobre globalización, Guía de perplejos y Economía y agricultura. En 1998 asumió la presidencia de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) y continuó con su interés por el desarrollo de la teoría económica, que lo llevó a publicar, en 1999, ¿Hacia dónde va la ciencia económica en Colombia?,La profesionalización de la economía, Los nuevos dominios de la ciencia económica y El análisis económico del derecho.

 

Historiador que cuestionó la historiografía

Por su parte, César González Muñoz, Superintendente de Servicios Públicos Domiciliarios y exdecano de la FCE, habló de su experiencia personal como amigo y compañero de Chucho en la universidad. Aseguró que desde muy joven, Bejarano tenía la convicción de propiciar un cambio sustancial en los factores fundamentales de la vida en Colombia. Para él, era necesario estudiar la historia para comprender el presente, aunque fue bastante crítico de la historiografía colombiana al considerarla lineal y poco fundamentada en las ciencias sociales, recordó González.

En relación con la metodología del conocimiento, el Superservicios dijo que Bejarano tenía una inclinación hacia la perspectiva marxista, pero recalcó que esa simpatía era solo por la metodología y no por la práctica o la actividad política de los marxistas.

El ámbito historiográfico de la obra de Jesús Antonio Bejarano fue profundizado por el historiador Jorge Orlando Melo, exdirector de la Biblioteca Luis Ángel Arango. Para este experto en la materia, Bejarano hizo parte de los historiadores que, desde los años 60, comenzaron a cuestionar la historiografía colombiana por ser heroica, vacía, narrativa, que no realizaba preguntas importantes sobre el desarrollo y que ignoraba la teoría social y económica. Los aportes de estos analistas se conocieron como La nueva historia de Colombia, de la cual hicieron parte el mismo Melo, Bejarano, Álvaro Tirado y Salomón Kalmanovitz.

En ese sentido, el papel de Bejarano como historiador estuvo enfocado a buscar una teoría que explicara los hechos del pasado frente a la realidad que vivía en ese momento el país. Fue un historiador de mucho archivo, un interpretador y un analista de la historia del pasado, sostuvo Melo.

En esta faceta intelectual, Melo destaca un artículo de Bejarano de 1997, Guía de perplejos, en el que manifiesta su desacuerdo por la fascinación que los historiadores tenían por los elementos pintorescos de la historia, entre ellos, los cambios de hábito de las mujeres o el cambio continuo de la moda, sin preguntarse por las relaciones que esos elementos tienen con los temas centrales como el desarrollo económico y el poder. No obstante, para Bejarano, la historia es una historia de lucha por el poder y la economía es fundamental en esa contienda.

Melo concluyó con el esfuerzo de Bejarano por leer todo lo que se ha escrito en Colombia sobre historiografía en todos los ámbitos importantes: violencia, economía y agricultura, entre otros.

 

Los aportes de Bejarano a la paz

Posteriormente, Rafael Pardo, ex consejero de paz, enfocó su disertación en el trabajo de Bejarano en estudios de paz y sus aportes en este aspecto a la sociedad.

Recordó que con Chucho y otros colegas conformaron la Consejería para la Paz en la presidencia de Virgilio Barco. En esa experiencia se construyó una estrategia en la que la paz no depende de una negociación, sino de una serie de elementos de política pública que, al funcionar, crean el espacio para transformar la guerra en paz. El aporte de Bejarano llevó a plantear que no se trata de que unos crean en la propuesta de los otros, sino de establecer un espacio para que lo que las partes proponen se pueda discutir.

Pardo resaltó que fue fundamental el rigor académico de Bejarano, para quien el elemento fundamental del éxito de una política de paz radica en que la primera que debe creer que esa política tiene sentido es la sociedad civil y desarmada.

La intervención de Pardo llegó a su fin cuando mencionó uno de los grandes aportes de Bejarano: la distinción entre orden público y orden social. Bejarano logró establecer que el orden social logra la posibilidad, por ejemplo, de un cambio en la Constitución Política, producto de una asamblea democrática que se convierte en un elemento de legitimación más importante que las medidas de orden público que acuden a la fuerza y a la supresión de libertades, dijo Pardo. Este planteamiento contribuyó de una manera significativa en la estructuración de la Constitución de 1991”.

 

El Debate CID Pensamiento y legado de Jesús Antonio Bejarano’ finalizó con las conmovedoras palabras de la esposa del profesor Bejarano, Consuelo Páez, quien recordó algunos aspectos de la manera como escribía Chucho sus escritos en la intimidad de su hogar. Finalmente, habló sobre los años de mayor productividad académica de Bejarano y agradeció a la Facultad de Ciencias Económicas y al Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) por el homenaje, y al Centro Editorial de la Universidad Nacional por la compilación de la obra del que considera uno de los más grandes pensadores de la historia de Colombia y quien, de seguro, consolidará con el tiempo un espacio entre los grandes maestros del país.

Cordial saludo,

OFICINA DE COMUNICACIONES

Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID)

Facultad de Ciencias Económicas

Universidad Nacional de Colombia

 

 

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