“La gran mentira sobre el colesterol”

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Publicado en Salud

El doctor Dwight Lundell, cirujano cardíaco de renombre mundial, explica lo que realmente causa la enfermedad del corazón. Según sus investigaciones, la acumulación de colesterol que tapa las arterias se debe a causas que poco o nada tienen que ver con las grasas saturadas en su libro “La gran mentira sobre el colesterol”.

El asunto es muy polémico, porque el doctor Dwight Lundell también denuncia un gran negocio de los laboratorios para la venta de estatinas (droga que baja los niveles de colesterol).

“Asediados por la literatura científica -escribe-, los creadores de opinión han insistido en que las enfermedades coronarias son el resultado del simple hecho de tener unos niveles de colesterol muy elevados en sangre. La única terapia aceptada ha sido la de prescribir medicamentos para bajar el colesterol y una dieta muy restringida en grasas. Un menor consumo de grasas traería consigo una disminución en la cantidad de colesterol y se reducirían las enfermedades coronarias. Cualquier desviación de estas recomendaciones se consideraba una herejía y daba lugar a la realización de malas prácticas médicas. ¡Pero no está funcionado! Estas recomendaciones no son ni científicamente ni moralmente defendibles. El descubrimiento, hace unos años, de que es la inflamación en la pared arterial la causa real de la enfermedad cardíaca, es lo que poco a poco está dando lugar a un cambio de paradigma en la forma en que son tratadas las enfermedades cardíacas y otras dolencias crónicas. Las recomendaciones dietéticas establecidas desde hace mucho tiempo han provocado epidemias de obesidad y de diabetes, consecuencias que empequeñecen cualquier otra plaga histórica en términos de mortalidad, sufrimiento humano y de graves consecuencias económicas.”

Dicho muy simplificadamente, Lundell atribuye la obstrucción arterial al consumo de productos altamente procesados, como el azúcar, que producen una fuerte inflamación en las arterias e impiden la libre circulación del colesterol, que se acumula, así, en las paredes arteriales, que deviene, luego, en una mala circulación de la sangre.

“El ciclo inflamatorio -escribe- es una forma de proteger al cuerpo ante invasores bacterianos y virales. Sin embargo, si se expone de forma crónica a nuestro organismo a toxinas o alimentos que el cuerpo humano no está preparado para procesar, se produce entonces una inflamación crónica. La inflamación crónica es tan dañina como beneficiosa una inflamación aguda. ¿Qué persona sensata se expondría de forma intencionada en repetidas ocasiones a alimentos u otras sustancias que sabe le causan daño corporal? Bueno, quizás los fumadores, pero al menos se trata de una decisión voluntaria. El resto nos limitamos a seguir la dieta recomendada, baja en grasas y alta en grasas poliinsaturadas y carbohidratos, sin saber que estamos causando repetidas agresiones a nuestros vasos sanguíneos. Esta agresión repetida produce una inflamación crónica que conduce a la enfermedad cardíaca, a los accidentes cerebro vasculares, a la diabetes y la obesidad.”

Sin embargo, en una búsqueda de información sobre Lundell, me encuentro con un artículo, escrito por otro médico, Stephen Barrett, titulado “A Skeptical look at Dwight Lundell”. Allí, Barrett explica muy pormenorizadamente y con documentación, por qué no le cree a Lundell: “Dwight C. Lundell perdió su licencia médica en 2008 (aunque en ese momento ya estaba retirado). Desde entonces se ha dedicado a la promoción de su libro, cuyo contenido choca con el conocimiento científico acerca de la prevención de la enfermedad cardíaca y su tratamiento. Su libro, The Great Lie colesterol (La gran mentira del colesterol), invita a la gente a ‘olvidarse de todo lo que han dicho sobre dietas bajas en grasas, grasas saturadas, colesterol y las causas de las enfermedades del corazón’.”

Barrett recorre la carrera de Lundell, tanto en lo académico como en el ejercicio de la profesión médica, y con documentos disponibles en la Web denosta completamente al cirujano. Una seguidilla de traspiés legales, intervenciones quirúrgicas que podrían no haberse efectuado, complicaciones financieras, dan la impresión de que se está más ante un delincuente con bisturí que ante un noble galeno.

Lundell respondió a las acusaciones con una carta abierta en la que deja sentada su visión sobre lo sucedido.

Cuento todo esto porque cada vez más mujeres somos víctimas de enfermedades cardíacas. Y la verdad es que, luego de leer el libro de Lundell, y dado que ser un opositor a los laboratorios es casi como declararse terrorista, prefiero darle el beneficio de la duda. Por lo tanto, recomiendo que lean “La gran mentira sobre el colesterol”, y que luego lo charlen con sus médicos.

De todas formas esto no quiere decir que debamos dedicarnos a comer chatarra libremente. Lundell recomienda una dieta naturista, y tener cuidado con los Omega 6 y los alimentos hiperprocesados.

Material de Internet

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