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Más de una tercera parte de las mujeres víctimas del maltrato de su pareja tienen estudios universitarios.

A este nivel la violencia ejercida comienza por maltrato sicológico, chantaje emocional y el victimario ejerce  TIRANÍA MENTAL  que busca inhabilitar a su pareja para “hacerse respetar” y “subir en autoestima”.

Desafortunadamente la mayoría de las  mujeres creen  que el problema se resolverá con el tiempo, que “la ropa sucia se lava en casa porque la violencia doméstica es un asunto íntimo sólo entre marido y mujer, etc.

En el caso de las mujeres con educación superior los insultos son la orden del día que deben soportar amén de los comportamientos machistas y abusivos de sus deechos. También los hijos suelen ser utilizados como recurso de amenaza, así como las amenazas para que no cuenten lo que les pasa, etc.

En la mayoría de los casos los efectos sobre los hijos se materializan en bajo rendimiento escolar y levantarse con resentimientos que taqrde o temprano  pueden desarrollar o repetir  agresivamente contra sus semejantes.

De ahí que lo primero que la mujer debe hacer el evitar el aislamiento y comunicar su situación a aluien de confianza para poder buscar una red de apoyo.

Ojo con las promesas de cambio, sin un sincero remordimiento o arrepentimiento  por parte del maltratador, el cambio no es posible que se dé. Nadie cambia a nadie.