Sepa cómo celebrar

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Publicado en Correspondecia Recibida, Recomend. Fisicas

“Si tiene diabetes, hipertensión, gastritis y hasta depresión no tiene porqué perderse la fiesta de Navidad. Con moderación y algunos truquitos puede celebrar y pasarla bien.

Si no quiere saber de la Navidad porque está tomando medicamentos o debe abstenerse de comer lechona, postres y pavo, cambie esa cara de aburrido. Hay formas de celebrar sin morir en el intento.

Las personas obesas, hipertensas, diabéticas, con gastritis o con depresión, de pronto deben atenuar el jolgorio pero nunca eliminarlo. Requieren ingredientes adicionales como mucha voluntad y kilos de optimismo y moderación. Y dejar de lado tantos mitos.

Todos pueden festejar, pues como dice Carlos Cano, médico geriatra hasta “las personas mayores de 80 años, que no son diabéticas, no tienen porqué privarse de una buena cena a menos que tengan una contraindicación absoluta”.

“Incluso pueden hacer uno que otro brindis, pero con moderación”, agrega Cano.

Si quiere disfrutar de otra Navidad, por amor al Divino Niño, no suspenda el tratamiento, no se dé treguas. Si tiene dudas, consulte con el médico. Por lo demás, disfrute.

Bájele a la sal

No es un secreto que los hipertensos (tensión arterial alta) no deben consumir alimentos ricos en sal porque ayuda a retener sodio y este eleva la tensión. Pero, no se trata, como dicen las abuelitas, de comer desabrido. Si el bolsillo lo permite, pueden comer de todo, con poca sal y buen sabor.

“La recomendación -dice Gabriel Robledo Kaiser, director del Centro Cardiológico de Bogotá-además de poca sal es no abusar de las grasas, sobre todo animales (carne de res o de cerdo), y aumentar el consumo de verduras y frutas”.

También pueden tomarse un traguito, un vino o una cerveza, excepto si el médico se lo prohibió. Acompañe su brindis de ‘mucha moderación’.

Obesidad y sobrepeso

Si esos kilos de más le amargaron el año, deje de pensar en el tema. No tiene que exagerar y privarse de las exquisitas cenas de Navidad.

“El seguimiento de la dieta es parecido a la religión católica. Uno a veces peca y luego se arrepiente, se confiesa y hace penitencia. Y seguimos aspirando al cielo. En la dieta, un desliz o un pecadillo de vez en cuando, sin remordimientos, es posible, siempre y cuando en los días siguientes siga su estricto plan nutricional”, dice Rafael Gómez Cuevas, endocrinólogo, autor del libro Obesidad a la carta.

Con el alcohol, nada de deslices ni de pecaditos. “Las dosis excesivas, más si el licor es dulce y no se quema con ejercicio físico, se convierten en depósitos de grasa. Resultado: aumento de peso”.

Qué delicias

El exceso de azúcar en la sangre es la principal característica de la diabetes. Hasta hace poco quienes tenían la enfermedad estaban condenados a pasar de largo frente a la natilla, los buñuelos y demás postres, y morirse, pero del antojo. Hay buenas noticias. “Hay opciones diferentes al azúcar que permiten disfrutar de estos manjares sin peligro para su salud, como el aspartame, fructosas y otros endulcorantes”, dice el médico Carlos Fernández.

Cuidado con el trago. “Los cócteles zanahorios como los del Alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, son ideales”.

¿Colesterol alto?

Si cumplió con su deber y se midió sus niveles de colesterol y triglicéridos, felicitaciones. Si está triste porque le dijeron que los tiene un poco altos, no tiene que sacrificar su paladar. “Existe pavo bajo en grasas, jamón dietético, pescado, carne magra o el pollo eso sí sin el cuerito”, dice Fernández. No se trata de comer desabrido, pero sí es importante que evite los aderezos grasosos y que tome mucha agua. En cuanto al licor, Fernández sugiere “los licores destilados como el whisky, el ron o el aguardiente en bajas cantidades”.

Pobre estómago

Si sufre de gastritis, no ponga a prueba su aparato digestivo. “Si se desordena, sus síntomas pueden hacerse más notorios y molestos”, dice Fernando Sierra, médico gastroenterólogo. Coma con moderación. Preferiblemente no consuma alcohol, pero si lo hace, ingiera antes un antiácido, y nunca tome con el estómago vacío. Evite el consumo excesivo de leche, café, té, gaseosas, condimentos, jugos cítricos, y otros irritantes.

Si su problema está por el lado del colon modérese pero no como para pasar saliva en cualquier cena navideña. Coma mucha fibra y beba líquidos. Disminuya grasas, condimentos y ácidos. Cierre los ojos .ante la cerveza y el vino tinto. Conténtese con el olor.

Sin dolor de cabeza

Si sufre de migraña no es necesario darle un sermón sobre lo que puede hacerle daño. Seguro lo sabe bien. Pero, sus amigos no tienen porqué estar enterados y es probable que lo inviten a degustar pavo en salsa, quesos, chocolates, vinos y-otros platos que no debe consumir si disparan sus crisis Aprenda a decir no y busque otras opciones. Con tantos platos navideños seguro encontrará más de uno que le cae como anillo al dedo. Qué tal el tradicional tamal, el cachaco ajiaco, la democrática lechona. Sin duda son sus aliados”.

 

 

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