Véndame una bolsa de agua caliente

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Publicado en Risa - Terapia

Llega al caer la tarde un friolento comprador a la tienda de la esquina.
Apurado, pregunta por una bolsa de caucho de esas a las cuales se les llena de agua caliente y se pone en la parte afectada para abrigar.
El tendero le informa que la última la había acabado de vender hace unos pocos minutos.

Al ver preocupado por una noche más de inanguantable frío a su vecino, el tendero le ofrece una alternativa mientras le llegan las que ya había encargado:
-”Le presto a mi gato mientras me llegan las bolsas. Él es muy mansito. Usted se lo pone a los pies y así se mantendrá caliente toda la noche. Cuando lleguen las bolsas, usted me los devuelve y yo le vendo una bolsa de las que he encargado.

El vecino muy contento da las gracias al tendero y se lleva el gato.

Al siguiente día, regresa el vecino muy malhumorado y con cara de no haber dormido en toda la noche, le arroja de mala gana el gato al tendero mientras lo insulta de mil maneras y reniega de haber atendido su consejo diciéndole entre maldiciones:

-”!Ahí le devuelvo su gato que no sirve para nada! Me la pasé toda la noche intentando llenarlo de agua caliente y lo único que conseguí fue que me volviera jirones la cara y los brazos,carajo!”

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